Elena Cebrián critica la idiotez del padre de Peppa Pig y las series que distorsionan a la familia
La profesora de Periodismo analizó ficciones como ‘Peppa Pig’, ‘Los Simpson’ o ‘This is Us’ en su intervención en las jornadas del Instituto CEU de Estudios de la Familia
El padre de Peppa Pig es idiota. Es un hecho apreciable por cualquiera con niños pequeños, pero también es un síntoma de algo mayor. Así lo apuntaba este miércoles la profesora de Periodismo en la Universidad CEU San Pablo Elena Cebrián, durante su intervención en las Jornadas Permanentes sobre la Familia organizadas por el Instituto CEU de Estudios de la Familia.
«Las series de televisión empiezan a ser el producto mediático de consumo preferente, y a través de ellas empezamos a cambiar nuestros marcos mentales», advertía Cebrián. Así, la estulticia del papá de la cerdita más famosa del Parvulario no es una anécdota, sino otro clavo en una larga serie de distorsiones de la familia; en este caso, ridiculizando la figura paterna o masculina. Otro ejemplo, citó, son Los Simpson, donde Marge y Lisa se dibujan como el modelo a seguir mientras Bart y Homer quedan como tontos o pícaros.
Barreras bajadas
La conferencia traía por título Los medios de comunicación construyen nuestras familias, y Cebrián insistió en que no era una pregunta, sino una afirmación. «Vivimos en una sociedad en la que no estamos iluminados por la tradición, así que nos enfrentamos a los medios de comunicación prácticamente en blanco», reflexionó, y -añadió- más aún en el caso de las series: «Como es entretenimiento, no tenemos alzadas las barreras intelectuales que sí desplegamos -por ejemplo- ante un informativo».
Apelando a los sentimientos, las series -continuó- funcionan como mediadoras en nuestra percepción de la realidad. «Vikingos, por ejemplo, ofrece una propuesta de mirada del mundo, pero desde códigos de nuestro tiempo, y La casa de papel consigue que consideremos héroes a los villanos y villanos a la policía, que en una sociedad normal nos ayuda».
Citando a Manuel Martín Serrano, Cebrián consideró que los medios de comunicación redefinen el espacio y las relaciones. «Antes fue la televisión lo que obligó a redistribuir los muebles de casa; hoy el nuevo medio central del sistema es el teléfono móvil, que supone una invasión de nuestro espacio», apuntaba la ponente.
Tres categorías fundamentales
Según esta lógica, cuando las series abordan la representación de la familia, pueden desglosarse en tres categorías. Puede darse una visión favorable de la familia «de toda la vida» -como This is Us o Shtisel-, una visión negativa o crítica: los ejemplos citados al inicio irían aquí, junto a otros como Modern Family o Aquí no hay quien viva, con su elogio de modelos alternativos.
La tercera vía es -dijo Cebrián- una oportunidad: series que no defienden explícitamente la familia, pero que abren la vía a reflexiones enriquecedoras. ¿Ejemplos? Citó S.W.A.T., Sweet Tooth o The Walking Dead. Como propuestas en positivo, Cebrián pidió recuperar la costumbre de ver series en familia y guiar el comentario con los hijos, «contradecir» -dijo- el mensaje pernicioso que se pueda transmitir.
La charla de Cebrián fue la tercera sesión de un ciclo que se extenderá hasta mayo. La directora del Instituto de Estudios de la Familia CEU, Carmen Fernández de la Cigoña, introdujo a la ponente y celebró la pertinencia de la reflexión. «Estamos en un momento -ironizó- en que los padres y madres somos los tontos de la película, mientras que los niños y adolescentes prácticamente son los nuevos líderes mundiales».