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Ethan y su mujer Elizabeth

Ethan y su mujer Elizabeth

Entrevistas por la vida

Un padre de acogida: «Quienes persiguen la vida saben que rezar ante un abortorio puede mover montañas»

Ethan es también miembro fundador de la asociación El Encinar de Mambré, dedicada al acogimiento de niños discapacitados y acompañamiento de familias con problemas

En el libro del Génesis (Gen 18, 1-15), se cuenta que Abraham y Sara, estando en el Encinar de Mambré, ofrecieron descanso y alimento a tres varones que, antes de irse, les hicieron la promesa de que al año siguiente habrían tenido un hijo. Esta promesa de descendencia fue lo que inspiró a Ethan y Elizabeth, junto a otra familia amiga, a fundar la asociación con el mismo nombre del lugar donde a la pareja bíblica el Señor le prometió la llegada de Isaac.

Hace 14 años, este matrimonio, que ya tenía dos hijas biológicas (Ana y Teresa), acogieron por primera vez. El recién llegado a la familia era un niño con una alta discapacidad, ciego, con una hemiparesia –parálisis parcial– en el lado izquierdo del cuerpo a raíz de un daño cerebral grave. Un año después volvieron a preguntarse por qué no volver a abrir sus puertas a otro pequeño. Acogieron entonces a una niña de 3 años que padece el síndrome de Cornelia de Lange, de la que se enamoraron nada más conocerla.

Antes de la pandemia, dieron la bienvenida a la familia a una pequeña de 15 días, a la que la administración no era capaz de encontrar una familia de acogida permanente. Fue su hija Teresa la que dio un paso al frente y decidió cuidar de la niña. «Hoy vivimos en casa, Teresa a cargo de una bebé en acogimiento permanente, y tres niños también en acogimiento permanente», cuenta Ethan. Es un trabajo duro, afirma, pero han sabido encontrar la felicidad que hay en dar, y no en recibir.

La asociación El Encinar de Mambré es una de las muchas que el próximo domingo 27 quedará recogida bajo el paraguas de la plataforma Sí a la Vida, y participarán en la Marcha por la Vida, cuyo objetivo es, ante todo, defender la vida humana con toda su dignidad desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.

–Ya ha empezado la cuenta atrás para la Marcha por la Vida, ¿qué cabe esperar para el próximo día 27 de marzo?

–Hay una idea de que da igual quedarse en casa o salir a manifestar abiertamente aquello en lo que creemos. No es así. Hoy en día se dice con mucha verdad que uno de los lugares más peligrosos para los bebés es el vientre de la madre, porque en esa etapa no pueden defenderse. Esto lamentablemente es así y debemos defender esa vida diciendo alto y claro que se acabe con este genocidio.

–¿Cuáles son sus grandes reivindicaciones en esta ocasión como asociación que se dedica al acogimiento familiar?

–Por un lado, pertenecemos a la asociación Familias para la Acogida gracias a la cual dimos el paso de acoger y luego, junto con otra familia amiga, formamos la asociación El Encinar de Mambré porque a las dos familias nos unía el hecho de que tenemos niños con discapacidad en acogida o adopción. Después de acoger a nuestro primer niño, nuestros amigos Ángel y Marisol también dieron el paso. Su niño estaba siendo cuidado con mucho amor en la Casa Belén de las Hermanas de la Caridad de san Vicente Paul, la misma en que se encontraba nuestro hijo. Estos niños estaban siendo inspiración para muchas otras familias que se decidían. Lo que queremos hacer ver es el bien que significa la vida del otro en la nuestra. Estos niños son felices, disfrutan la vida en la sencillez de su día a día, nos enseñan a vivir y a disfrutar de lo bueno que nos sucede. Hoy en día vivimos en casa con nuestra hija Teresa a cargo de una bebé en acogimiento permanente y tres niños también en acogimiento permanente. Aunque es un trabajo a veces duro, estamos encantados con todo el bien que estos niños traen a nuestra vida y podemos decir con certeza que hay mucha más felicidad en dar que en recibir.

En 2012, Ethan y Elizabeth fueron a Roma tras su primer acogimiento a conocer a Benedicto XVI

En 2012, Ethan y Elizabeth fueron a Roma tras su primer acogimiento a conocer a Benedicto XVIE.E.

–La reforma del Código Penal que castiga con penas de cárcel de entre tres meses y un año está ya en el Senado a la espera de su aprobación definitiva. ¿A qué cree que se debe esta persecución a los provida?

–El último 12 de octubre nos involucramos con 40 días por la vida y fuimos a acompañar a quienes estaban rezando frente a una clínica abortiva. Por un lado, había gente que paraba el coche y nos agradecía que estuviéramos allí rezando por estas madres, sometidas a una presión tan grande para que se deshagan de sus hijos, y por esos niños. Pero también hubo quien nos incriminó y se manifestaba en contra de lo que estábamos haciendo y, de hecho, vino la policía y nos pidió nuestros documentos de identidad y le sacó foto. Ese gesto nos hizo pensar que los que persiguen a los que rezamos frente a las clínicas, en el fondo, saben que la oración tiene un poder inmenso. De lo contrario, no se preocuparían y nos dejarían en paz. Ellos saben que esta acción sencilla de rezar puede mover montañas.

–¿Qué opinión le merece la última propuesta de Irene Montero de modificación de la ley del aborto?

–Esta gente tiene miedo a la libertad del ser humano y de lo que puede decidir si va al fondo de su corazón, cuando una madre reflexiona y decide cambiar su determinación de abortar a su bebé. La mayoría de estas mamás no harían lo que hacen si supieran de qué va el aborto. Tampoco lo harían si recibieran los apoyos que necesitan en ese momento. Hace unos años acompañamos a dos chicas que estaban embarazadas y solas. Lo único que pedían era ser acompañadas durante este tiempo. Una de ellas se hospedó en nuestra casa prácticamente los nueve meses y la otra vivía a unos 300 metros y venía a comer y a cenar a casa. Vimos con nuestros propios ojos que como cuando son acompañadas y apoyadas, deciden tener a sus hijos.

Imponen tener abortistas en los hospitales públicos porque saben que les va a costar encontrar médicos que se apunten para esto. El médico, y mucho más un obstetra, ha estudiado para ayudar a vivir, no para matar y mucho menos a un indefenso, como es el bebé en el vientre de su madre. Podrán encontrar médicos que lo harán solo por dinero, pero pobre de la mujer que le toque un médico así.

–¿Cuáles son las mayores amenazas y obstáculos a los que se enfrenta el movimiento provida en la actualidad?

Las mayores amenazas llegan desde el poder, económico y político, que está en manos de personas que por razones ideológicas promueven una concepción de la vida que es, en realidad, más de muerte que de vida. Nos puede querer cancelar, eliminar, meternos en prisión, como con estas leyes, pero siempre habrá personas que sacrifiquen sus vidas para defender lo más esencial que tenemos, nuestra decisión de defender la vida propia y la de otros. Siempre habrá personas valientes y decididas a dar su propia vida por la vida de otros y esto lo saben los poderosos.

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