Salud
Diez consejos de pediatra para acabar con la gastroenteritis en niños
En menores de cinco años, la gastroenteritis es la segunda causa de mortalidad a nivel mundial, después de la pulmonía
El trastorno digestivo más común en niños es la gastroenteritis. La Asociación Española de Pediatría la define como una disminución en la consistencia de las heces y aumento de su frecuente, con vómitos y fiebre asociados. La gastroenteritis es aguda (GEA) si su duración no llega a los siete días.
En países desarrollados, la mortalidad que provoca es anecdótica. Sin embargo, a nivel mundial, este trastorno supone la segunda causa de mortalidad en menores de cinco años, tras la pulmonía. Más de medio millón de niños mueren cada año en países de bajos recursos, según apunta la asociación de pediatras.
Lo normal en niños pequeños, sobre todo en menores de cuatro años, su origen suele ser vírico –también llamado gripe estomacal–, es decir, que está causado por un virus. Uno de ellos es el rotavirus –para el que existe una vacuna–, que infecta prácticamente al 100 % de los niños en sus primeros cuatro años de vida y es el principal responsable de la diarrea grave infantil a nivel mundial.
En otras ocasiones, los niños pueden contraer gastroenteritis por una bacteria o un parásito, algo que es más común en países en vías de desarrollo, o por haber comido algo en mal estado.
Ante la descomposición intestinal, los vómitos, el dolor de barriga y la fiebre que causa este trastorno digestivo, lo más importante es evitar la deshidratación. Los pediatras españoles recomiendan esperar 20 o 30 minutos si el niño ha vomitado para volver a darle de beber y también hacerlo en pequeñas cantidades cada cinco o diez minutos, ya que así se tolera mejor.
- La hidratación es primordial. Reponer líquidos y sales que se están perdiendo en las heces líquidas y los vómitos es necesario para evitar la deshidratación. Sin embargo, beber mucha cantidad de líquido puede provocar el vómito de nuevo. Hay que primar la frecuencia sobre la cantidad.
- Suero de rehidratación y no bebidas azucaradas. Las bebidas isotónicas están pensadas para adultos mientras practican deporte, por lo que no son recomendables en casos de gastroenteritis infantil. Los zumos y los refrescos tampoco son aconsejables, aunque no lleven gas. Los pediatras recomiendan los sueros de rehidratación oral, pero también el agua y la leche.
- Cuidar la alimentación. Si el niño tiene la barriga suelta no es necesario restringir su dieta, aunque si habrá que evitar bebidas y alimentos con alto contenido en azúcares y en grasas. «Si el niño no quiere comer, no hay que forzarle», explica la AEP; lo importante es que beba y se hidrate.
- No dejar de dar el pecho o el biberón. Al igual que no hay que restringir la dieta en gran medida, cuando el pequeño es todavía lactante hay que continuar dándole el pecho o el biberón con su fórmula habitual. De nuevo, los pediatras aconsejan ofrecerle al menor suero de rehidratación entre las tomas.
- Vigilar las señales de deshidratación. El niño está decaído, ojeroso, con la boca seca, llora sin lágrimas, orina poco… todo ello son síntomas de que efectivamente el pequeño ha perdido mucho líquido. En caso de que comiencen a estar presentes habría que incidir en la ingesta de líquidos, sobre todo suero de rehidratación oral, y si no cesan los vómitos, consultar al pediatra.
- Evitar la medicación. No existen medicamentos específicos para la gastroenteritis y los antibióticos no son útiles frente a la gripe estomacal ni frente a los virus, su principal causante. La mayoría de estos trastornos digestivos se curan sin necesidad de emplear ningún medicamento, si bien, si el pequeño tiene fiebre, la AEP recomienda la administración de antitérmicos.
- ¿Probióticos? Si bien los antibióticos no curan la gastroenteritis, los probióticos pueden ayudar a regenerar la flora intestinal y pueden llegar a acortar la duración de la descomposición, para que el niño se recupere antes. Este tipo de fármacos contienen microorganismos vivos, que son los que ayudan a repoblar la microbiota del intestino.
- Higiene, para prevenir el contagio. El lavado de manos con agua y jabón, cada vez que el pequeño va al baño o se le cambia el pañal es fundamental para no contagiarse. También antes de preparar la comida, servirla y consumirla. Los objetos que hayan sido empleados por los niños con gastroenteritis han de ser también limpiados, y no han de ser compartidos, como tampoco se deben compartir las toallas.
- No ir al colegio. Hasta 48 horas después de que cesen los síntomas no es recomendable que estos niños vuelvan al centro escolar, para que terminar de recuperarse correctamente, pero también para no contagiar a sus compañeros.
- Acudir al pediatra de ser necesario. Lo más normal es que los casos de gastroenteritis desaparezcan a los pocos días del inicio de los síntomas. Si esto no ocurre y persiste en el tiempo sin ir a menos, si se aprecian signos de deshidratación severa, si las fiebres son altas y no baja, si los vómitos van a más o si se ve sangre en las deposiciones, hay que acudir inmediatamente al médico con el pequeño.