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Manifestación por la Vida

Mayor Oreja: «Basta ya de silencio cómplice ante el proyecto de ingeniería social del Gobierno»

Más de 200 asociaciones convocan la Manifestación en defensa de la Vida y la Verdad

Por tercera vez en menos de un año –primero en el mes de noviembre, luego en marzo y ahora a finales de junio– la sociedad española tiene una una cita para defender nada más y nada menos que lo que Jaime Mayor Oreja, ex ministro del Interior y miembro de la plataforma Neos, ha definido como «los fundamentos de nuestra civilización».

Bajo el lema ¡Nos jugamos la vida! ¡Basta ya de leyes que atentan contra la Verdad y la naturaleza humana!, el próximo 26 de junio las plataformas de asociaciones Cada Vida Importa, Neos y la Asamblea por la Vida –que engloban más de 200 asociaciones distintas– han convocado la Manifestación en defensa de la Vida y la Verdad. El recorrido de dicha concentración dará comienzo en la glorieta de Bilbao y finalizará en la plaza de Colón de la capital.

Los cinco participantes en la rueda de prensa de la Manifestación en defensa de la VidaPaula Argüelles

Durante la rueda de prensa en la que se han ofrecido los detalles de la convocatoria, se han dado también las distintas razones de que la sociedad española salga a la calle esa mañana. La primera de ellas, para Mayor Oreja, es «el problema más grave y silencioso que consiste en la sustitución y destrucción de un orden social basado en fundamentos cristianos».

Sin embargo, esta manifestación tiene como impulso inicial, aunque no es el único motivo, la nueva ley del aborto, según la que según ha apuntado Josep Miró, representante de la Asamblea por la Vida, «tiene más protección un huevo de un ave protegida que un ser humano».

Este anteproyecto de ley, ha afirmado Carmen Fernández de la Cigoña –directora del Instituto CEU de Estudios de la Familia y miembro de Neos– «bajo el mantra de la liberta, mata, miente y somete». Mata porque «se olvida del niño que va a nacer», miente porque elimina el periodo de reflexión y «no hay ningún acto libre que no lo hayamos pensado»; y somete porque «empuja a las mujeres a entender que no tienen otra opción».

Por su parte, María San Gil, vicepresidenta de la Fundación Villacisneros, ha calificado este como el «momento de que la sociedad civil reacciones». «Como ciudadanos tenemos la obligación moral de salir a la calle y que el gobierno vea que hay miles de españoles a los que no les gusta lo que hacen».

Manifiesto de la convocatoria

  • Detener el proyecto, de naturaleza totalitaria y de ingeniería social impulsado por el Gobierno, y que se manifiesta en su legislación, práctica política y parlamentaria.
  • Defender la vida humana y la dignidad inherente a la misma en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural. Por esta decisiva razón y apelando a esa dignidad nos oponemos a la regulación jurídica actual sobre al aborto, la eutanasia, el suicidio asistido, la experimentación con embriones humanos y todo atentado contra la protección de la vida humana.
  • Expresar nuestro más absoluto repudio a la nueva reforma de la regulación del aborto que – sin esperar a la decisión del Tribunal Constitucional sobre la actual normativa- aprueba el aborto decidido por menores entre 16 y 18 años sin consentimiento, ni siquiera conocimiento de sus padres, y elimina el requisito del consentimiento informado. Estamos ante un recorte más, de los que vienen produciéndose, de la patria potestad totalmente inaceptable y peligroso.
  • Denunciar la grave irresponsabilidad que significa unir la práctica del aborto de menores, con la supresión de lo que ya era un menguado y limitado periodo de reflexión.
  • Rechazar la limitación del derecho a la objeción de conciencia de la ley, que obliga al señalamiento oficial de los objetores, con todo lo que de discriminación para su vida profesional conlleva ante la actual dirección política de la sanidad pública.
  • Proclamar que no es misión del Gobierno modelar a su antojo las conciencias y la moral de sus ciudadanos, ni de nuestros jóvenes y niños, ni lo que es verdadero o falso en el ámbito de la ciencia, de la historia y de la filosofía. El Gobierno debe arbitrar y moderar, pero no puede ser, a la vez, árbitro y jugador.