La verdad detrás de la encuesta sesgada que dice que tener hijos envejece el cerebro
Un estudio realizado por la Universidad de Columbia y Paris-Dauphine sugiere que el estrés de la crianza, unido a otros factores, adelanta 6.2 años el deterioro cognitivo de los padres
S.F. tiene 16 hijos. A sus 94 años, sigue echando sus partidas de continental, eso sí, con unas cartas gigantes que sus nietos le compran en Tiger por una enfermedad degenerativa que ya le impide ver; por esto mismo, ha cambiado la lectura en papel por los audiolibros, pero nada le impide destinar un rato cada tarde escuchando sus novelas favoritas.
Ante la pregunta de si tener hijos provoca un envejecimiento mayor del cerebro, responde: «No he tenido una vida fácil, ha sido mucho esfuerzo sacar a 16 adelante», Esta madre, que es también abuela de 39 y, ahora la tercera generación llega ya los 28 bisnietos, confiesa que, después de casi un siglo de vida, su cerebro sí está envejecido, aunque no más que el resto de su cuerpo, pero no por haber criado a sus 16.
Estrés derivado de la crianza
Un estudio publicado el pasado mes de mayo en la revista científica Demography, realizado por la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia (EE.UU.) y la Universidad Paris-Dauphine (Francia), concluyó que tener tres o más hijos tiene un efecto negativo en la cognición durante la vejez. Según la investigación, el estrés derivado de la crianza, el esfuerzo económico y el impacto laboral adelantaría 6,2 años el deterioro cognitivo de los padres cuando se hacen mayores.
Este efecto, según indica el informe, es más acusado en el norte de Europa, donde un mayor índice de fertilidad disminuye los recursos económicos de las familias, pero no aumenta los recursos sociales disponibles para ellas; es decir, a más hijos, más gastos, pero no más prestaciones. Sin embargo, como respuesta a este estudio, el Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia subraya que, según datos de Eurostat, esas ayudas son mayores que las ofrecidas en los países del sur europeo.
Una encuesta «sesgada»
Continúa el Observatorio de Bioética que: «Es taimado acusar a la alta fertilidad de los deterioros cognitivos en la vejez. Lo que deteriora la salud, también la psíquica y la cognitiva, son el estrés y la ansiedad», derivadas de la inseguridad y vulnerabilidad económica que puedan sufrir las familias, no su tamaño.
Para la obtención de estos resultados, los investigadores de Columbia y Dauphine analizaron los datos de la Encuesta sobre Salud, Envejecimiento y Jubilación en Europa (SHARE, por sus siglas en inglés), promovida por un consorcio de científicos de la Unión Europea y Estados Unidos a petición de la Comisión Europea para investigar el proceso de envejecimiento de la población.
Lo que el Observatorio de Bioética denuncia sobre el estudio, aparte de tener un «sesgo economicista», es que los datos consultados, de un total de 140.000 encuestas, se basan en la autopercepción que el entrevistado tiene de su proceso de envejecimiento; por otro lado, el análisis estadístico de los resultados supone que se «obvie que determinadas respuestas obedecen más a la intención de la pregunta que a una evidencia objetivable».
Menos aislamiento social
Por otro lado, algo que sí aplauden es que este estudio no esconda que las familias numerosas disminuyen el riesgo de aislamiento social entre las personas mayores, uno de los factores de riesgo de deterioro cognitivo y demencia, y a menudo aumenta el nivel de interacción y apoyo social.
Otros estudios, antes de este, habían investigado la relación entre el tener hijos y la salud cerebral. En 2019, JoAnn Pinkkerton, directora ejecutiva de la Sociedad Norteamericana de la Menopausia, publicó en la revista Menopause su análisis de más de 1.000 mujeres, de las que el 77 % habían tenido al menos un hijo, se registró el historial de embarazos de cada una de ellas con visitas a clínicas entre 1988 y 1992 y se evaluó su función cognitiva en cuatro pruebas llevadas a cabo en 2016. Su conclusión: ni la presencia ni la ausencia de la maternidad, ni la edad del embarazo, afectan a la función cognitiva.
Un cerebro más joven
Más recientemente, una investigación publicada en el año 2020 en la revista Plos One, y que llevaba por título Relación entre la paternidad y el espesor cortical en la edad adulta tardía, concluyó que los padres mayores de 70 años mostraron tener materia gris en el cerebro más gruesa que aquellas personas que no habían tenido hijos, por lo que su cerebro se mantenía más joven.
Mediante resonancias magnéticas, hallaron que las mujeres que habían tenido una mayor descendencia tenían una mejor función de la memoria más adelante en su vida, pero también que quienes eran padres tenían regiones cerebrales corticales más gruesas que los que no lo eran, mientras está igualmente científicamente comprobado que a medida que avanza la edad de una persona la materia gris de su cerebro tiende a disminuir.