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El 15 de junio es el día de la Toma de Conciencia del Abuso y el Maltrato en la Vejez

Día contra el Abuso y el Maltrato en la Vejez

Solos y maltratados: en 2020 hubo 5.000 delitos con víctimas mayores de 65 años

Se estima que uno de cada seis ancianos podría estar sufriendo malos tratos y solo uno de cada 24 lo cuenta

Cada 15 de junio, fecha decretada por las Naciones Unidas, se celebra el Día de la Toma de Conciencia del Abuso y el Maltrato en la Vejez. Jornada necesaria teniendo en cuenta que los datos muestran que solo en España en el año 2020 –último ejercicio cerrado–, se registraron un total de 4.959 delitos de maltrato en el ámbito familiar con víctimas mayores de 65 años.

Advierte la Organización Mundial de la Salud que en el último año casi uno de cada seis mayores sufrieron algún tipo de abuso en entornos comunitarios, no solo en el hogar, sino también en los hospitales, centros y residencias donde habitan. Esta cifra, informan desde la Mesa Estatal por los Derechos de las personas mayores, puede ser superior, ya que solo uno de cada 24 casos lo informa y otros muchos pasan desapercibidos por haber sido normalizados en conductas y hábitos sociales.

Daniel Condés, agente de Participación Ciudadana de la Policía Nacional, cuenta a la Agencia Efe que golpes, heridas, quemaduras, administración incorrecta de la medicación, malnutrición o higiene inadecuada, son indicios que encienden sus alarmas. Junto con otro grupo de agentes, Condés imparte charlas en centros de día, en residencias y otras instituciones tanto públicas como privadas.

En ellas, afirma el agente, «intentamos darles herramientas para que se identifiquen como víctimas», ya que, lamenta Condés, a veces en la vejez se asume el abuso y el maltrato porque se consideran una «carga».

Pero no es solamente maltrato el abuso económico, material, físico, emocional o psicológico, sino también el abandono, la soledad no deseada, la falta de atención y las faltas a su dignidad.

El Teléfono de la Esperanza es una línea –717 003 717– en la que hay siempre hay alguien al otro lado. Una de las voluntarias que descuelga llamadas es Josefina Santos, quien explica a Efe que «los mayores no llaman pidiendo ayuda porque están sufriendo maltrato. Llaman porque se sienten solos». Como esta, tiene la Iglesia católica de Madrid su propio número. Tras las siglas SARCU se esconde el Servicio de Asistencia Religiosa Católica de Urgencia, creado por el cardenal y arzobispo de Madrid Carlos Osoro en 2017 y ahora dirigido por Pablo Genovés, quien contaba al programa El Efecto Avestruz de la Asociación Católica de Propagandistas que «cada noche, el dolor llama al teléfono».