El colecho, dormir con tu bebé en la cama: ¿sí o no?

En países como Japón o la India, el colecho, que no es más que el hecho de que padres e hijos comparten cama, se practica de manera normal y casi como algo cultural. En el país nipón, los pequeños de la casa duermen con sus progenitores hasta los siete años, mientras que en la que fue la joya de la corona inglesa, un estudio realizado en el año 2006 desveló que el 93 % de los infantes de entre 3 y 10 años descansaban todas las noches junto al resto de miembros de su familia.

Pero, ¿qué dicen los pediatras y las matronas al respecto? ¿Resulta seguro para el bebé compartir cama con sus padres y el resto de sus hermanos, si los tiene? La Academia Americana de Pediatría se ha pronunciado muy firmemente al respecto en la última actualización de sus recomendaciones para un sueño seguro. Los más de 60.000 médicos que forman parte de la institución rechazan esta práctica, ya que «aumenta significativamente el riesgo de lesión o muerte del bebé», explican en el documento.

Riesgos y beneficios del colecho

Los pediatras americanos explican que las muertes infantiles relacionadas con el sueño son hasta 65 veces mayores cuando se duerme con alguien en el sofá, en un sillón o un cojín; y 10 veces mayor cuando se descansa junto a una persona que ha consumido alcohol, tabaco, drogas o algún medicamento sedante para conciliar el sueño. Estos riesgos aumentan aún más cuando el bebé tiene menos de cuatro meses, e incluso más cuando se trata de un niño prematuro o que tuvo bajo peso al nacer.

Por su parte, la Federación de Asociaciones de Matronas de España considera por encima los beneficios con los riesgos, cuando se practica de manera segura, ya que, entre otra cosas, se considera una beneficiosa opción ante periodos lactantes nocturnos muy prolongados.

Las matronas explican que el colecho puede practicarse en la misma cama, en camas continuas, o en cama y cuna unidas, y supone un bien respecto de la lactancia, porque como apunta el antropólogo y experto en sueño infantil James McKenna siempre que se practique con ciertas medidas seguras, «representa un sistema de cuidado de niños altamente efectivo, adaptativo e integrado que puede mejorar el apego, la comunicación, la nutrición y la eficiencia inmune del lactante», debido al aumento de las tomas, de la supervisión y del afecto mutuo derivado del colecho.

Colecho y lactancia

Algunas de las ventajas que reflejan las matronas sobre el colecho son el descenso de la apnea –pausas respiratorias prolongadas mientras se duerme–, la sincronía termal –una temperatura regulada por el contacto cuerpo a cuerpo–, descenso de los niveles de estrés, un crecimiento más acelerado y menos llanto. No obstante, tampoco niegan que el hecho de dormir todos juntos en la misma cama puede conllevar algunos riesgos y recomiendan que se haga uso de barandillas, un colchón firme sin ropa de cama mullida y evitar el alcohol y otras sustancias que puedan provocar que los padres no presten la atención necesaria cuando su bebé duerme con ellos.

La institución homóloga a la academia de pediatras americanos en nuestro país es la Asociación Española de Pediatría (AEP), quien mantiene una postura neutral en cuanto al colecho. Los médicos infantiles españoles informan de que distintos estudios demuestran que la cercanía del niño y la madre facilita el mantenimiento de la lactancia que, a su vez, tiene un efecto protector frente al síndrome de muerte súbita del lactante.

El síndrome de muerte súbita

Coinciden con los pediatras americanos en que la manera más segura de que duerma un menor de seis meses es en su cuna, boca arriba, y cerca de la cama de sus padres. La evidencia científica muestra que de esta manera se reduce el riesgo de que el niño sufra muerte súbita en más de un 50 %, y si es lactante aún más.

La lista de pros y contras del colecho, aunque sea una decisión libre de los padres, ha de ser tomada pensando en la seguridad y salud del pequeño. Por ello, los pediatras no recomiendan esta práctica en:

• Lactantes menores de tres meses de edad.
• Prematuridad y bajo peso al nacimiento.
• Padres que consuman tabaco, alcohol, drogas o fármacos sedantes.
• Situaciones de cansancio, especialmente de cansancio extremo, como el postparto inmediato.
• Colecho sobre superficies blandas, colchones de agua, sofá o sillones.
• Compartir la cama con otros familiares, con otros niños o con múltiples personas.