Claire Culwell, la superviviente del aborto en el que murió su gemelo
Tenía 20 años cuando conoció a su madre biológica, que había estado embarazada de ella con 13 años y se sometió a un aborto en el que falleció su hermano, pero Claire sobrevivió
En el año 2009, Claire Culwell conoció a su madre biológica. Hasta entonces no sabía que había tenido un hermano, pero que había muerto en el aborto en el que ella debía haber fallecido también, pero sobrevivió.
Pero mucho antes de esto, a finales de los años 80 del pasado siglo, Tonya, su madre, descubrió que estaba embarazada. Tenía 13 años. La abuela de Claire la llevó a un centro abortista para que pusieran fin a su temprano e inesperado `problema´. «Tumbada ahí, el doctor ni me miró ni me habló, solo lo hizo. Todo lo que se escucha es la succión y después me limpiaron y ya estaba todo hecho», recuerda entre lágrimas en un vídeo difundido en el canal de YouTube de Culwell.
«Solo podía pensar que con la ayuda de mi madre acababa de asesinar a mi hijo», cuenta Tonya. Volvió a su vida, que habían dicho que recuperaría sin problemas –aunque luego, ella misma confirmaría que no fue así–, para volver a darse cuenta unas semanas después de que algo seguía brotando en su interior. No sabía cómo, pero su barriga había seguido creciendo tras el aborto. Volvió a recurrir a su madre, quien la devolvió al abortorio, donde les confirmaron su sospecha: Tonya estaba embarazada de gemelos. Uno había muerto en la primera intervención, pero el otro todavía vivía. El embarazo estaba demasiado avanzado para poder terminar con él, otra vez.
Después de intentarlo en otros centros, donde todas las respuestas fueron negativas ante la semana en la que una Tonya gestante se encontraba ya, un médico le habló a su madre del hospital Deaconess, en Oklahoma, a donde viajaron desde Kansas. La madre de Claire permaneció allí lo que le quedaba hasta dar a luz, tras lo que la niña sería dada en adopción.
«Me sentí aliviada al saber que Bárbara –la madre adoptiva de Claire– iba a quedarse con el bebé. Estaba tan emocionada de tener una niña. La mirada en sus caras cuando la vieron me hizo saber que estaba protegida y que la querían», continúa Tonya.
Años después, esta mujer de Kansas recibió un mail de ese hospital en el que había pasado un tiempo cuando era niña. Solo podía haber un motivo detrás de ese correo electrónico. Claire quería conocerla. «Fue el sentimiento más increíble de mi vida. Quería encontrarme, la niña a la que había intentado matar y luego había alejado de mi», recuerda su madre.
Desde que eran pequeñas, Claire y su hermana supieron que eran adoptadas, pero también sabían que eran deseadas, elegidas y queridas. Fue Rachel, la pequeña de los Culwell, quien conoció primero a su madre biológica, y después Claire decidió que estaba preparada también para encontrarse con la suya y darle las gracias por haber elegido la vida para ella.
Fue en el año 2009 –Claire tenía 20 años entonces–, cuando pudo dárselas en persona. La primera vez que se vieron compartieron distintos momentos de su vida, se enseñaron fotos mutuamente y rieron juntas. Fue en un segundo encuentro dos meses después cuando Tonya le confesó lo que le había ocurrido cuando era niña.
La historia de su madre cambió por completo la vida de Claire. «Me di cuenta de que mi perspectiva del aborto era la errónea», cuenta en su blog y en su libro titulado Superviviente. Desde entonces, ha dedicado sus días a contar lo que a su madre le ocurrió y cómo ella sobrevivió y fue adoptada, «buscada, elegida y querida», como Culwell dice.