Salud en la infancia
El uso excesivo de pantallas podría adelantar la pubertad
Un estudio de la universidad de Ankara, realizado con ratones de laboratorio, sugiere que la exposición prolongada a la luz azul hace que se reduzcan los niveles de melatonina
Cada vez los niños pasan de la infancia a la adolescencia a edades más tempranas. La pubertad se está adelantando cada vez más y nadie sabe muy bien porqué. Algunos estudios sugieren que la culpable es la obesidad, otros que son los químicos en los productos higiénicos o cosméticos y algunos también que ciertos medicamentos, como el paracetamol, tomados durante el embarazo parecen acelerar el momento en el que a una hija le crecerán los senos.
Aunque se ha sugerido que la genética y factores ambientales y de estilo de vida, como el estrés o la nutrición, tiene mucho que decir también en ese primer paso hacia la adultez, un nuevo estudio presentado la Reunión Anual de la Sociedad Europea de Endocrinología Pediátrica ha concluido que el uso excesivo del móvil o de la tableta, por la exposición a la luz azul, puede alterar los niveles hormonales y aumentar el riesgo de una pubertad más temprana.
El reloj del sueño
Desde la pandemia, el tiempo de exposición de los jóvenes a las pantallas ha aumentado significativamente, hasta el punto de que los niños y jóvenes españoles pasan una media de cuatro horas diarias conectados, fuera de las aulas. Esto significa un total de 1.460 horas al año, la mitad de lo que se dedica a dormir.
Cuanto más se usa el móvil, menos se duerme con calidad. Esto se debe a la interrupción del reloj biológico provocado por la luz azul, que inhibe el aumento nocturno de los niveles de la hormona melatonina, la encargada de preparar al cuerpo para descansar y dormir. El índice de esta hormona en el cuerpo es normalmente más alto en la prepubertad, y se cree que su efecto retrasa la llegada de esos cambios que todo ser humano experimenta en su paso a la adolescencia.
Más luz azul, menos melatonina
Varios estudios en los últimos años han venido informando de que cada vez las niñas entran en la pubertad de manera más temprana, particularmente durante la covid. Pero ahora, el vínculo entre la luz azul de las pantallas y los niveles reducidos de melatonina sugieren que el aumento del tiempo de exposición a las pantallas puede estar fomentando los cambios prontos en preadolescentes. De momento, es complicado estudiarlo en niños.
Por ello, la doctora Aylin Kilinç Uğurlu y sus colegas de la Universidad de Ankara, investigaron los efectos del brillo de la pantalla sobre el desarrollo en ratones de laboratorio. Las hembras se dividieron en tres grupos de seis y estuvieron expuestas a un ciclo de luz normal. Seis horas o 12 de luz azul. Lo que ocurrió a continuación fue que los primeros signos de la pubertad llegaron antes en ambos grupos expuestos a la luz azul, y cuanto mayor fue el tiempo que estuvieron bajo esa iluminación, antes comenzaban los animales a desarrollarse.
Las ratas expuestas a bombillas azules presentaron niveles reducidos de melatonina pero altos de hormonas reproductivas específicas (estradiol y luteinizante, relacionadas con el ciclo menstrual), así como cambios físicos en el tejido ovárico. Todo ello en consonancia con el inicio de la pubertad.
Una mirada al futuro
Aunque la doctora Uğurlu advierte: «Como se trata de un estudio con ratas, no podemos estar seguros de que estos hallazgos se reproduzcan en niños, pero estos datos sugieren que la exposición a la luz azul podría considerarse un factor de riesgo para el inicio temprano de la pubertad».
Es complicado replicar la exposición a este tipo específico de luz de las pantallas de las tabletas o los móviles de un niño en ratas, sin embargo, el momento del desarrollo en el que las ratas entran en la pubertad es aproximado y equivalente al de los seres humanos, aunque ajustado a la menor esperanza de estos animales. Los cambios hormonales y de ovulación que ocurren durante la prepubertad y la pubertad en las ratas hembra también son comparables a los humanos. Entonces, a pesar de las limitaciones del estudio, estos hallazgos respaldan una mayor investigación de los posibles impactos en la salud de la exposición a la luz azul en los niveles hormonales y el inicio de la pubertad en los niños.
Para el futuro, el equipo se plantea seguir estudiando el daño celular y los efectos inflamatorios encontrados en el grupo de ratas que estuvo 12 horas expuesto a la luz azul, ya que podría tener efectos a largo plazo en la salud reproductiva y la fertilidad. Otra línea que ha quedado abierta para ellos será evaluar si el uso de luz nocturna, minimizando las características de la luz azul, pude reducir las consecuencias de la exposición observados en este estudio.