Una joven transgénero arrepentida denuncia la falta de información antes del cambio de sexo

Chloe Cole tiene ahora 18 años. Entre sus 12 y sus 16, se sometió a un proceso de transición de género y a una doble mastectomía –cirugía para extirpar los senos–.

Pasados los años, se ha arrepentido de su decisión y se ha convertido en defensora de niños y familias que estén pasando por lo mismo que ella, para protegerles de la desinformación reinante sobre las consecuencias irreversibles de los procesos de cambio de sexo, tanto físicas como psicológicas.

Chloe se dedica ahora a viajar por todo Estados Unidos para dar a conocer su testimonio. Ella misma cuenta cómo de pequeña fue víctima de distintos abusos por su complexión física y su timidez a la hora de relacionarse. Con solo 11 años, encontró por internet su vía de escape en el entorno LGTBQ.

«Todo lo que hay que hacer es suscribir esta ideología y entonces seré aceptado, celebrado y valorado en la comunidad de la que más se habla en la tierra. Vi las increíbles cantidades de elogios que recibían en Internet y, subconscientemente, anhelaba eso», recuerda.

Entre otras cosas, Chloe denuncia la falsa información que muchas veces se da desde los medios de comunicación impulsada por la ideología de género. Señala también a las instituciones pediátricas que consideran que la mejor práctica es extirpar el tejido sano de los niños mientras se les administran fármacos. «Ningún niño merece sufrir bajo el bisturí de un cirujano que afirme su género. Los niños se merecen algo mejor», afirma.

Chloe es defensora de estos niños y de sus familias. Explica: «Mis padres temían por mi vida. Estaban dispuestos a firmar cualquier cosa que los médicos pidieran. No fue un consentimiento informado, fue una decisión forzaba bajo extrema coacción».