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El método infalible de las «5S» para calmar a un bebé cuando llora
La técnica fue elaborada por el pediatra Harvey Karp, para la que se basó en un pueblo del desierto del Kalahari
Cae la noche y con la luna llega el temor de algunos padres de que sus hijos pasen horas y horas llorando sin ser capaz de dormirse. Mucho se ha dicho que los bebés solo comen, duermen y lloran. Y es que el llanto se convierte en la única manera que tienen de expresar absolutamente todo lo que les pasa cuando no tienen palabras para hacerlo, el miedo, el hambre, el sueño, que algo les moleste o les duele...
Que un bebé llore es algo normal, aunque cuando se alarga hasta más de las tres –los conocidos cólicos del lactante– pueden hacer mella también en el descanso y la salud de sus padres. Al final, si el bebé llora, nadie duerme en casa.
Fue en 1981 cuando el pediatra estadounidense Harvey Karp escuchó hablar de los !Kung, autóctono del desierto del Kalahari. Las madres de este pueblo consiguen calmar el llanto de un bebé en menos de un minuto. Su secreto es emular el ambiente que el niño tenía cuando todavía estaba dentro del útero materno. Los cargan y los mecen todo el día pegados a su cuerpo y los alimentan tres veces cada hora.
Trasladar este concepto para los padres que viven fuera del Kalahari ha sido la tarea que ha asumido Karp y que plasmó por primera vez en su libro El bebé más feliz y que ha resumido en cinco eses, por sus nombres en ingles: swaddle, side, shush, swing y suck.- Envolver (swaddle): el pediatra plantea que inmovilizar y envolver a un bebé es la mejor manera de calmarlo, puesto que así se recrea el ambiente del útero, se reduce la agitación y se favorece el sueño.
- Colocar sobre un costado y el vientre (side): la postura más segura para que duerma un bebé es boca arriba –en otras cuestiones, se ha demostrado que reduce el riesgo de muerte súbita del lactante–, pero según Karp es la peor para tranquilizarle cuando llora. Colocarlo sobre el brazo, de lado o sobre la barriga, es más eficaz.
- Sisear (shush): dentro de la barriga estaban constantemente expuestos a los sonidos del exterior, por eso fuera tampoco necesitan silencio sepulcral para poder conciliar el sueño. Dentro del útero, el ruido que hace el torrente sanguíneo es más fuerte que el de una aspiradora. El llamado ruido blanco es el que Karp aconseja ponerles a los niños.
- Balancear (swing): como pez en el agua se mueven los no nacidos en la bolsa amniótica, todo el día en movimiento. Los movimientos rápidos, pero minúsculos, son los más efectivos cuando llora porque son los que más se parecen a los que sentían antes.
- Chupetear (suck): no es novedad que tener algo en la boca tranquiliza a los bebés cuando están inquietos, ya sea un chupete o su propio dedo.
Karp insiste en que es necesaria la práctica para que el método se vuelva infalible, y lo compara con los reflejos de las rodillas. El efecto calmante que producen estas 5S en el bebé tendrá lugar si se da con el lugar perfecto y no uno o dos centímetros por arriba o por abajo.