Aumentan un 50% las alertas por riesgo en juguetes: desde peluches a disfraces
El incremento en las alertas de juguetes a nivel nacional, según han argumentado fuentes de Consumo, responde al aumento de las campañas de control
Las autoridades de consumo de las comunidades autónomas han emitido casi el 50 % más de alertas de juguetes en 2022 que en el año anterior por el riesgo que estos pueden generar a los más pequeños: 291 alertas sobre peluches, disfraces, pasando por muñecas de plástico o flechas con ventosas.
Además de estas alertas a nivel nacional, también se han notificado otras 487 en el ámbito comunitario, un 14,5 % más que el año anterior, con lo que sumando las nacionales con las de la UE hacen un total de 784 alertas de juguetes inseguros.
El incremento en las alertas de juguetes a nivel nacional, según han argumentado fuentes de Consumo, responde al aumento de las campañas de control, ya que se trata de un sector prioritario de vigilancia debido a la especial vulnerabilidad de la infancia.
Un riesgo diverso
El riesgo de estos juguetes es diverso, pero el mayoritario es el de asfixia, porque algunos van dirigidos a niños menores de tres años y tienen piezas pequeñas que pueden llevarse a la boca y obstruir las vías respiratorias.
Otros pueden llegar a provocar lesiones, por ejemplo, porque se pueden lanzar a los ojos, o en los oídos porque contienen un nivel sonoro elevado, o problemas de contaminación química por presencia de sustancias en cantidades peligrosas para los niños, entre las que destacan los ftalatos.
Estos aditivos químicos son dañinos para el sistema reproductor y pueden estar presentes en juguetes de plástico para aumentar la flexibilidad y también en las tetinas de los biberones.
Otra sustancia que puede suponer un riesgo para los pequeños es el boro, presente en masillas para modelar con las manos.
Los juguetes más alertados
- Peluches, por desprender piezas pequeñas.
- Muñecas de plástico, por alto contenido en ftalatos (sobre todo, en las alertas de la UE).
- Juguetes con proyectiles o flechas con ventosas, por posible desprendimiento de éstas con el consiguiente grave riesgo de asfixia si se llevan a la boca.
- Masillas para modelar con las manos, por un alto contenido en boro.
- Sonajeros, por desprender piezas pequeñas.
- Disfraces, por la presencia de cordones de longitud superior a la establecida y que pueden engancharse en algún objeto y producir lesiones o incluso estrangulamiento si están en la zona de la cabeza o cuello (sobre todo en alertas de las comunidades).
- Juguetes magnéticos, por soltarse los imanes y tener un flujo magnético muy alto que puede ocasionar lesiones internas graves si se ingieren.
- Puzles y encajables destinados a niños menores de tres años que desprenden piezas pequeñas y les pueden provocar asfixia si los llevan a la boca.
Por los riesgos que estos juguetes suponen a los niños, las autoridades han adoptado medidas reglamentarias, principalmente las de prohibir su comercialización y retirarlos del mercado.
En estas fechas, en los que los niños juegan con sus regalos de Reyes, se aconseja a los padres, especialmente desde las inspecciones de consumo, revisar los juguetes porque, por ejemplo, los electrónicos que no cumplan las normas de seguridad pueden provocar una descarga o quemaduras, pero además en pinturas para dedos, plastilinas o slime de baja calidad puede haber esas sustancias químicas peligrosas que se pueden absorber al chupar o por contacto.
Para evitar estas situaciones se recomienda prestar atención al etiquetado, que debe tener como mínimo la siguiente información: nombre y marca del producto, marcado CE, razón social y dirección del fabricante, importador o distribuidor, y la edad recomendada para su utilización y advertencias de uso.
También leer las advertencias de seguridad y las instrucciones y en el caso de juguetes electrónicos tendrán que especificar la potencia máxima, tensión de alimentación que necesita y consumo energético.