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La pandemia supuso para los alumnos una pérdida del 35 % de lo que se aprende en un año escolarGTRES

Los niños perdieron más de un tercio del curso con la pandemia y todavía no lo han recuperado

La asignatura más perjudicada ha sido matemáticas, y según especulan los investigadores, se puede deber a que los padres eran menos capaces de ayudar a sus hijos con los ejercicios

Tres años después, ya pueden medirse las consecuencias de la pandemia. No las relacionadas con la salud, física o mental, sino, en este caso concreto, en lo que a la educación de los más jóvenes se refiere. Se intentó por todos los medios, pero el confinamiento obligó a profesores, padres y alumnos a improvisar y a pasar cuatro meses frente a la pantalla del ordenador, el cibercole.

Tres años después, investigadores de la Universidad de Oxford han cuantificado el retraso académico que trajo la pandemia y en su revisión sistemática y meta-análisis del impacto de la pandemia de la Covid-19 en el aprendizaje, concluyen que los niños perdieron entonces el equivalente a más de un tercio del curso, y lo que es peor, que todavía no lo han recuperado.

¿Cómo lo hicieron?

El estudio ha sido publicado en la revista científica Nature Human Behaviour y para elaborarlo, el equipo, encabezado por el doctor Bastian Betthäuser, llevó a cabo un meta-análisis de 42 estudios realizados en 15 países de ingresos medios y altos, entre los que se encuentra España. Los autores revisaron un total de 5.997 artículos relacionados con el impacto de la pandemia en la educación.

Con datos y cifras, los autores desvelan que los alumnos han perdido el 35 % del aprendizaje total de un año escolar. Donde más agudizó la tendencia fue en la asignatura de matemáticas. Especulan los investigadores que la razón que subyace detrás de este resultado es que los padres fueron menos capaces de ayudar a sus hijos con los ejercicios de matemáticas.

No todo es negativo

Este efecto habría persistido en el tiempo, según ha constatado el equipo de Betthäuser. En las pruebas de seguimiento realizadas en mayo de 2022, el déficit de aprendizaje se mantenía. «Esto va a ser un problema real para esta generación que experimentó la pandemia en la escuela», señala el autor principal del estudio.

Pero su conclusión no tiene porqué ser negativa. Según afirman los autores el retraso podría haber sido peor. «Los maestros, los niños y los padres lograron evitar que los déficits de aprendizaje temprano crecieran aún más a medida que continuaba la pandemia», explica Bettäuser.

En el otro de lado de la balanza, mientras los niños presentaron peores resultados en matemáticas que en lectura, esos meses les valieron también para aprender habilidades que solo fueron posibles gracias a la educación en remoto y a las clases online: la tecnología y el mundo digital.