Fundado en 1910

La asociación Alaia ayuda a afrontar la pérdida de los seres queridosPEXELS

El Ministerio del Interior abandona a las familias en duelo: la asociación Alaia deberá cerrar

La asociación Alaia ofrecía desde 1998 un servicio indispensable: apoyar a personas que viven el duelo de la pérdida de un ser querido, con frecuencia un hijo

Alaia es una asociación que ofrecía desde 1998 un servicio indispensable: apoyar a personas que viven el duelo de la pérdida de un ser querido, con frecuencia un hijo. Han tenido que cerrar las puertas ante la falta de subvenciones del Gobierno.

«Lamentamos informar que el Centro de Atención al Duelo, Alaia, cierra sus puertas después de más de 25 años», anuncia desde hace pocas semanas en su página web, www.alaia-duelo.com.

El Debate ha entrevistado a su fundadora, Dulce Camacho, quien ha podido confirmar el motivo: el rechazo de ayudas por parte del Ministerio del Interior, así como las escasas aportaciones de particulares.

Olvido gubernamental

«La falta de subvenciones públicas y aportaciones privadas hace imposible la continuidad de nuestro centro –confirma–. Muchas gracias a todos los miles de familias que nos habéis ayudado durante este tiempo».

Según informa el Instituto Nacional de Estadística, en 2022 fallecieron, en España, 4.385 niños y jóvenes de menos de 20 años. ¿Quién ayudará ahora a sus padres a vivir el duelo?

Hasta el día del cierre del Centro de Atención al Duelo Alaia, que comenzó su actividad en 1998, el trabajo se acumulaba, ya que la demanda era creciente. Por el contrario, las ayudas o el apoyo gubernamental se han ido agotando hasta hacer inviable su supervivencia.

A Alaia venían hombres y mujeres derivados de los centros de atención primaria y de salud mental

Sin comentarios del Ministerio

De nada sirvió que Alaia hubiera sido declarada oficialmente años atrás por el Ministerio de Interior de «utilidad pública».

El Debate se ha puesto en contacto con el área de Servicio al Ciudadano, en la subsección Ayudas y Subvenciones de ese Ministerio, para poder verificar los motivos aducidos por la asociación, pero al cierre de esta edición no hemos obtenido respuesta.

Sin respuesta del área de Servicio al Ciudadano, en la subsección Ayudas y Subvenciones del Ministerio del Interior.

Han atendido a más de tres mil padres y madres en duelo

El duelo de su fundadora

En marzo de 1996 murió a causa de una enfermedad Sara, de 18 años, hija de la fundadora de Alaia, Dulce Camacho. Ya, en el cementerio, una amiga le regaló el libro La muerte, un amanecer, de Elisabeth Kübler-Ross, en el que aparecían las señas de un grupo de apoyo en el duelo, en Barcelona.

Tanto le ayudó el volumen que acudió a la ciudad condal para formarse y poder ofrecer ayuda en Madrid a personas que vivían el duelo por primera vez.

«El reto era aprender y conocer qué opinaban otros con similares experiencias y cómo se aprende a vivir con esto», explica Dulce Camacho.

«El duelo es el proceso emocional y psicológico que se experimenta después de la pérdida de un ser querido –aclara–. Puede incluir una amplia variedad de sentimientos, como tristeza, ira, culpa, soledad y desesperación. Es un proceso único y personal para cada persona y puede durar meses o incluso años».

Reconocimiento médico

A Alaia venían hombres y mujeres derivados de los centros de atención primaria y de salud mental, en la Seguridad Social y también del Instituto Anatómico Forense, a causa del reconocimiento que la asociación se ganó entre el personal médico.

En la asociación trabajaban tres psicólogas y cincuenta voluntarios. Durante los años que Alaia estuvo activa, han atendido a más de tres mil padres y madres en duelo.

Dulce Camacho reconoce que «es importante señalar que no hay una solución única o correcta para superar la muerte de un ser querido, y lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. Es importante que la terapia se adaptara a las necesidades de las personas que llegaban a Alaia».

No hay una solución única o correcta para superar la muerte de un ser querido.

Dulce Camacho

La importancia de la Asociación

El duelo es el proceso emocional y psicológico que se experimenta después de la pérdida, este puede incluir una amplia variedad de sentimientos, como tristeza, ira, culpa, soledad y desesperación. Es un proceso único y personal para cada persona y puede durar meses o incluso años.

Por eso, Dulce Camacho aclara: «es importante ser paciente consigo mismo y permitirse sentir y procesar las emociones, sin sentir vergüenza o culpa por ello. Con el tiempo, las personas generalmente encuentran una nueva normalidad y son capaces de recordar a su ser querido con amor y gratitud, mientras continúan con sus vidas».

Trabajo de grupo

La mejor manera de encontrar ayuda después de la pérdida es hacer un trabajo en grupo: poder compartir la experiencia con personas que están pasando por lo mismo. Alaia ayudaba, de este modo, a entender lo que le está sucediendo a la persona en duelo, disminuyendo el sentimiento de soledad e incomprensión.

De este modo, las personas pueden sentirse identificadas con los otros miembros y, de este modo, pueden expresar libremente los sentimientos y pensamientos. Compartir la experiencia con personas que están pasando por lo mismo.

«Todos nuestros grupos estaban coordinados por personas con formación y experiencia específica en duelo, y muchos de ellos también sufrieron la pérdida de un ser querido», nos explica la fundadora.

El duelo provoca una especial vulnerabilidad: es muy frecuente que, al desear ayudarnos, las personas que nos quieren a menudo nos hagan daño con sus palabras o su actitud. Para poder acompañar en el duelo hay que ser capaz de respetar el ritmo de cada uno y tener la sensibilidad para acoger el dolor del otro sin intentar minimizarlo ni evitarlo.

«Nuestro programa de atención en grupos de apoyo tiene en cuenta las necesidades individuales de la persona en duelo, en relación con el tipo de pérdida, el tiempo transcurrido desde el inicio del duelo y otros aspectos como los factores de riesgo –revela Dulce Camacho–. Los grupos de duelo tienen unas normas que hacen referencia a la privacidad, confidencialidad y respeto. Estas normas hacen posible que el espacio de apoyo sea seguro y efectivo».

Las consecuencias

Con el cierre de Alaia, por falta de subvenciones del Ministerio del Interior, muchas familias se verán privadas de este tipo de terapia de grupo, con graves consecuencias para su salud mental y emocional.

No tratar el duelo, es devastador para el futuro de las personas supervivientes, incapacita para mantener relaciones saludables con otras personas, impide llevar a cabo las actividades cotidianas… En definitiva, limita la capacidad de una persona para tener relaciones significativas y vivir una vida plena y satisfactoria, a pesar de la perdida.