Quitanieves, tigre, bocadillo: los tipos de hiperpadre que no querrás ser
Un modelo de crianza intensivo hace que los niños no desarrollen su autonomía ni su capacidad de esforzarse
Bocadillo, tigre, helicóptero, guardaespaldas, manager o quitanieves son palabras que aparentemente no guardan ninguna relación entre sí, pero, a la vez, todas hacen referencia a un tipo de padre. Estas describen un modelo de crianza asociado con el fenómeno de la hiperpaternidad.
Algunos de sus síntomas son una atención desorbitada a los hijos que son supervisados a cada momento y grandes expectativas por lo que hacen, lo que estudian, llevan, tienen o logran. Se puede ser todos esos tipos de padre a la vez, solo algunos, uno o ninguno, pero cada término arriba mencionado tiene una característica que lo hace único y del que ha tomado su mote.
En su libro Hiperpaternidad, Eva Millet expone que se ha pasado de un modelo de crianza, el de su abuela, en el que los niños eran considerados muebles, a otro, el de ahora, en que de la silla se les ha subido a un altar. Algunos tipos de hiperpadres pueden ser:
- Helicóptero: quizá el más conocido. Estos son los padres que sobrevuelan a sus hijos vigilando todo lo que hacen y quieren, como el de las multas.
- Quitanieves o apisonadora: cuando un padre va despejando a cada paso el camino de su niño, para que no tenga que enfrentarse a ninguna dificultad.
- Tigre: deriva de modelos de crianza asiáticos, pero que se han extendido cada vez más por el mundo occidental. El perfeccionismo y la estricta disciplina son sus características principales, todo para asegurarse de su éxito.
- Guardaespaldas: aquellos padres que no aceptan ni una crítica de su descendencia, siempre a la defensiva. Son aquellos sobreprotectores que protegen la integridad física de sus hijos al máximo.
- Bocadillos: el padre que persigue a su hijo por todo el parque para que se coma la merienda o al menos intentar que le de un bocado mientras sigue jugando.
- Manager: también conocido como el padre secretario o agente. Actúan como asistente personal de sus hijos, organizando sus días y sus noches, la agenda, la mochila, incluso los deberes.
De hiperpadres: hiperniños. La crianza intensiva es también la causa detrás de que los niños vayan corriendo de un lado a otro cargando con tres mochilas (una para cada cosa), la raqueta de tenis, la flauta travesera o la guitarra y todos los libros y libretas. Además del exceso de actividades tienen que buscar un hueco para estudiar y sacar adelante el curso satisfactoriamente.
Para los niños, los comportamientos de sus padres con respecto de su educación tienen una influencia decisiva. Según explica la psicóloga Ana Hurtado, la hiperpaternidad impide el desarrollo de cuestiones tan esenciales para los hijos como es la autonomía o la capacidad para esforzarse.
En el lado contrario de la balanza está la corriente llamada underparenting, una crianza más desatendida, que pasa por no cargar a los hijos con el peso de las expectativas y que los padres no carguen con sus mochilas.