Los diez mandamientos para educar a un hijo, según Harvard
En la receta de la crianza hay que mezclar ingredientes tan variados como el amor, los límites, el juego, el ejemplo, el fomento de la independencia y un entorno seguro y saludable
el mayor reto de un padre es criar a su hijo y prepararle para ser una persona con recursos con los que poder enfrentarse a las vicisitudes de la vida. Según la Universidad de Harvard, hay ciertas estrategias que pueden ayudar a cumplir este objetivo con éxito.
En la receta de la crianza hay que mezclar ingredientes tan variados como el amor, los límites, el juego, el ejemplo, el fomento de la independencia y la creación de entorno seguro y saludable para el bienestar de los niños. Así, el decálogo para educar a hijos que se conviertan en buenas personas pasa por:
- Ama a tus hijos. Todo padre quiere a sus hijos, pero no todos lo demuestran. El afecto ha de mostrarse cada día. Que un niño crezca sintiéndose querido es fundamental para el desarrollo de su personalidad.
- El ejemplo lo es todo. Los niños aprenden más de lo que ven que de lo que se les dice.
- Establecer límites claros. Las líneas rojas que no se pueden cruzar dan a los niños seguridad y protección. Son un quitamiedos para sus cerebros, que todavía no controla las emociones.
- Celebrar los éxitos. Los logros de un niño, si son celebrados, fomentan la autoestima, y así desarrollarán la confianza en sí mismos.
- Escuchar. La atención que se le da a un niño también es un cohete para su confianza y para que se establezca una sana comunicación intrafamiliar.
- El valor del respeto es algo que hay que enseñar, no solo hacia los demás, sino también con uno mismo.
- Responsabilidad. Cada uno ha de ser consecuente con sus actos y también cumplir con sus obligaciones.
- Autonomía e independencia. Aprender a ser autónomo se consigue dando cierta libertad de toma de decisiones y asumiendo responsabilidades, siempre adecuadas a su edad y desarrollo.
- Comprensión. Todo el que está aprendiendo se equivoca alguna vez. Comprender a los hijos en su camino y ser empático con ellos, no solo hará que ellos sean así cuando vean a alguien errar, sino que les ayudará a sentirse apoyados y comprendidos.
- Por último, respetar su manera de ser. Cada padre tiene que educar al hijo que tiene, no al que le gustaría tener.