
Joven en el gimnasio
Vigorexia en adolescentes: la obsesión por el músculo que campa en redes sociales
Detrás de este trastorno de la conducta alimentaria se suele esconder una baja autoestima y problemas físicos
Adonis es conocido por ser el amante más hermoso y eternamente joven de Afrodita. En la Real Academia Española, se define como «joven de gran belleza», pero su nombre ha dado nombre a un complejo que afecta en España a unas 700.000 personas, según los datos del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona.
La dismorfia muscular, vigorexia o complejo de Adonis son todos los nombres que recibe un mismo trastorno: la preocupación excesiva por tener un cuerpo lo suficientemente musculado.
Nunca es suficiente, y los jóvenes que lo sufren así lo piensan, por lo que pasan largas horas bajo las pesas en el gimnasio y controlan su dieta y sus ingestas, hasta el punto de que acaba por convertirse en un trastorno de la conducta alimentaria tan grave como la anorexia o la bulimia. A diferencia de estas, no hay un marcador físico que determine cuando el complejo de Adonis está generando una situación de riesgo para la salud, como el Índice de Masa Corporal bajo.
El término vigorexia, el más popular para referirse al complejo, fue acuñado por el psiquiatra norteamericano Harrison Graham Pope en 1993. Aunque está reconocido como un trastorno dismórfico corporal –los que generan una obsesiva fijación por un rasgo físico que se percibe como defectuoso–, no está incluido dentro de la clasificación internacional de enfermedades psiquiátricas.El perfil medio del vigoréxico es un hombre, de entre 15 y 35 años. No tiene una causa concreta, pero hay ciertos factores de riesgo, como la baja autoestima, una falta de seguridad en uno mismo o un grado de madurez no muy desarrollado.
«Existe una norma social que equipara la musculatura con la masculinidad», explica la doctora Gabriela Vargas, del Boston Children´s Hospital a Harvard Health. Esto lo ejemplifica con los disfraces para niños que cuentan con abdominales falsos o las películas de superhéroes en las que los protagonistas tienen músculos muy definidos, algo que, según explica, impacta desde edades tempranas a los niños.
Los síntomas no son visibles hasta que empiezan a poder verse en el mismo cuerpo de la persona que sufre el trastorno. No obstante hay algunas pistas que indican que pueda estar surgiendo el complejo de Adonis. La obsesión por el músculo hace que hagan sesiones deportivas de dos o más horas diarias. Y en lo que a la alimentación se refiere, se dejan los azúcares y las grasas, para sustituirlo por una dieta hiperproteica, en la que muchas veces se añaden complementos como esteroides o anabolizantes musculares.
Signos de dismorfia corporal en niños, según harvard
- Cambio repentino y brusco en las rutinas físicas: pasar de hacer ejercicio una vez al día a pasar horas haciendo deporte todos los días.
- Entrenamientos o comidas reglamentadas. Incluye limitar ciertos alimentos o concentrarse en gran medida en opciones ricas en proteínas.
- Interrumpir el día u actividades normales, como una quedada con sus amigos, para practicar deporte.
- Tomar fotos de manera obsesiva de sus músculos o abdomen, para ir dejando pruebas de la mejora.
- Pesarse varias veces al día.
- Cambiar su modo de vestir: llevar prendas más apretadas para lucir os músculos, pero también lo contrario: optar por ropa suelta o grande para ocultar su físico.