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Varios niños a su llegada al colegioEP

Vuelta al cole

Luces y sombras de la jornada continua en los colegios: así puede afectar al rendimiento de los alumnos

La mayoría del profesorado prefiere la jornada intensiva en el colegio, que le permite formarse por las tardes y preferir las clases, aunque las familias se muestran más partidarias de la partida

Esta primera semana de septiembre, los niños españoles regresan al colegio, donde van a pasar toda su jornada lectiva. En algunos casos, hasta la hora de comer; y en otros, hasta entrada la tarde. En España, salvo en Cataluña y País Vasco, está ampliamente adoptada la conocida jornada intensiva en los centros escolares, si bien, la OCDE publicó un informe el pasado mes de junio en el que recomendaba a España eliminar el horario continuo como una de las soluciones para reducir las tasas de abandono escolar.

En este mismo documento, titulado Propuestas para un Plan de Acción para reducir el Abandono Escolar Temprano en España, se indicaba como argumento contra la jornada intensiva que, al centrar el horario en las mañanas, obligaba a los padres a pagar por las clases extraescolares, concretamente a un 47 % de los hogares. En este sentido, el organismo europeo recomienda seguir los pasos de Portugal y Dinamarca, donde está extendido un sistema flexible de jornada completa, que cuenta con una mayor prestación de comedor y actividades extraescolares. El cuidado tras las clases de los niños en jornada matinal, según un análisis de Esade, conlleva una pérdida de 8.048 millones de euros al año para las familias españolas.

En contra también de la jornada intensiva se ha publicado recientemente otra investigación, esta Daniel Gabaldón, sociólogo especializado en educación de la Universidad de Valencia, en colaboración con Kadri Táht de la Universidad de Tallin. Entre sus principales resultados, derivados de la Encuesta del Empleo del Tiempo del INE –consulta a mayores de 10 años–, han destacado que la jornada continua en los centros escolares impacta en la salud y el bienestar de los alumnos: descansan y comen peor, hacen más deberes, dedican más tiempo a las pantallas y están obligados a madrugar en exceso.

No obstante, el profesorado se muestra a favor de la continua, aunque las familias son más de partida. Los profesores indican que tener las clases por la mañana les beneficia con más conciliación y una mayor organización escolar. Argumentan tener más tiempo para formarse y preparar las clases del día siguiente al tener la tarde libre. No obstante, según indica Francisco José Morales Yago, profesor de Geografía Humana en la UNED, en un artículo publicado en The Conversation, en las comunidades autónomas con jornada continua no se ha detectado que haya aumentado su formación. En cambio, indica el profesor, las clases matinales permiten a los centros ahorrar en gasto eléctrico y acortar el horario extendido del personal no docente.

El estudio de Esade también indicaba que no existe evidencia científica rigurosa sobre si está relacionado el modelo de jornada escolar con el rendimiento del alumnado, aunque, apunta, hay algunos estudio correlacionales al respecto que apuntan que la jornada completa está asociada a mejores resultados. Sin embargo, los equipos docentes sí que ven una clara diferencia en la concentración de los alumnos entre la mañana y la tarde.

Mientras que los defensores de la partida sostienen que los alumnos en la jornada continua se cansan antes y su concentración disminuye al estar tantas horas seguidas en clase, los partidarios de la continua apuntan que el horario de mañana es más aprovechado por los alumnos, cuyo rendimiento decae por las tardes. La decisión está en manos de las consejerías de educación y de los centros y sus familias, que ha tomarse para los alumnos.