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Una pareja en proceso de divorcio

Una pareja en proceso de divorcioPxFuel

¿Es septiembre el mes de los divorcios? «El verano es un punto de inflexión en la decisión de la pareja»

Según el Consejo General del Poder Judicial, el pico de separaciones en España se da tras la vuelta de vacaciones de verano; algo que tanto en los despachos de abogados de familia como en las consultas de psicología también constatan

Se acaba el verano y otras veces con él el amor. El número de divorcios que se producen en España cada año alcanza su pico más alto en el mes de septiembre, según datos del Consejo General del Poder Judicial. ¿Cuál es la causa detrás de este aumento de las separaciones tras las vacaciones?

«El desgaste emocional de la pareja», responde Delia Rodríguez, CEO de Vestalia Abogados de Familia. En este desgaste, añade Mercedes Bermejo, vocal del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, hay que añadir muchas otras posibles razones: haber convivido intensamente durante 24 horas después de las dificultades de conciliación durante el curso, las limitaciones que sufren los cuidados de la pareja en periodos estivales… «La pareja no solamente se desgasta en vacaciones», afirma la psicóloga, «sino que va acumulando un malestar», continúa.

La experiencia de la abogada en el despacho indica que la mayor parte de los divorcios se dan sobre todo entre dos tipos de parejas «muy marcadas»: matrimonios que llevan menos de cinco años casados o los que llevan juntos toda la vida. Igualmente, es tras periodos de vacaciones cuando aumenta el número de consultas de personas que se plantean separarse o divorciarse. «Hablaríamos de un 35-40 % de incremento con respecto a otros meses del año», indica Rodríguez. También repuntan en estos meses posvacacionales las terapias de pareja, pero según afirma Bermejo no es «solo fruto del verano, hay una serie de factores que hacer que sea más propicio en este momento tomar la decisión».

El cambio en las rutinas

Para algunas parejas, la intensidad de las vacaciones, que quizá hayan tenido que compartir con la familia política, hace aumentar los conflictos que ya había tiempo atrás. «El verano es un punto de inflexión en la toma de decisiones de los matrimonios», indica la psicóloga. Quizá, algunas otras parejas no habían tomado la decisión antes por problemas económicos o por la edad de los hijos (sobre todo cuanto más pequeños son). Así confirman ambas expertas que tanto hombres y mujeres declaran en el despacho y en la consulta.

Si en septiembre repuntan los casos de divorcios, lo mismo ocurre en octubre, al igual que en enero y febrero. La razón, según cuenta la abogada, es que muchas parejas deciden esperar a que pase la cuesta de ese mes y reponerse económicamente del verano, tras el que los cambios en las rutinas han puesto de relieve «problemáticas o carencias que subyacen tras la vorágine del día a día: horarios de trabajo interminables, extraescolares de los hijos, ayuda del personal doméstico...», indica Rodríguez. Cuando los factores externos son eliminados, concluye la abogada, «podemos darnos de bruces con que una pareja ya no tiene nada en común, incrementándose las discusiones y el distanciamiento afectivo».

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