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Dos jóvenes haciendo un baile de TikTokPexels

Así influyen las redes sociales en la salud mental de los más jóvenes

Las personas con enfermedades mentales recurren a las redes sociales para compartir su experiencia de cómo es vivir con depresión

Desde hace tiempo, las redes sociales se han convertido en una herramienta de interacción humana muy importante, sobre todo entre los adolescentes. Según el informe realizado por Qustodio, De Alpha a Zeta, educando a las generaciones digitales, los jóvenes dedican casi 400 minutos a la semana a las redes sociales, más tiempo que a cualquier otro tipo de plataformas digitales.

Por esta razón es importante para ellos saber los efectos que pueden causar en su salud mental un uso exagerado de las redes sociales, ya que en los últimos años, el cuidado de la salud mental de los más jóvenes se ha vuelto fundamental, según datos proporcionados Unicef, uno de cada siete adolescentes tiene un problema de salud mental diagnosticado.

Sin embargo, también está demostrado que a través de estas aplicaciones los adolescentes pueden verbalizar sus sentimientos. La constante interacción con otras personas les hace conocer situaciones parecidas a la suya o abrir su mente a nuevas formas de expresarse.

Un estudio publicado por la Librería Nacional de Medicina de Estados Unidos explica que las personas con enfermedades mentales recurren a las redes sociales para compartir su experiencia de cómo es vivir con depresión, para buscar información o incluso asesoramiento y apoyo de los demás.

¿Afectan las redes sociales a la salud mental?

El 91 % de los menores entre 11 y 18 años tiene alguna red social, según un estudio realizado por Doxa Comunicación. Es una evidencia que a día de hoy estas plataformas están integradas en la vida social de los más jóvenes.

Como con todo, un uso excesivo puede acabar afectando a la salud mental de los adolescentes que se encuentran en una etapa de maduración y crecimiento personal. Conocer situaciones similares, personas, o información, entre otras, son algunas de las ventajas de estar conectado. Sin embargo, también existen efectos negativos como la comparación constante, la exposición continua y un intento de mostrarse siempre de la mejor manera posible.

Por ello, los expertos de Qustodio recalcan que este uso excesivo puede derivar además en situaciones como dependencia por el mero hecho de visualizar una red social genera dopamina en el cerebro y esta sustancia, a la larga, puede desencadenar una dependencia emocional.

También alertan de la exposición constante. Las redes sociales se fundamentan en compartir. Los jóvenes pueden llegar a enseñar su vida privada sin tener en cuenta las consecuencias que pueden conllevar.

Pro otra parte, en los adolescentes es muy común vivir un descenso de autoestima, puesto que es usual que los jóvenes no se muestren tal y como son en las redes sociales. El «postureo» obliga a analizar cada publicación por miedo a ser juzgado, lo que les genera inseguridades.

También tienden mucho a compararse. En relación al punto anterior, la exposición constante y ver a otras personas hace inevitable compararse. Esto puede traer problemas personales e intentar imitar a la persona que se ve en la pantalla, aun sabiendo que lo que se muestra no es siempre lo real.

Sufren acoso. Las redes sociales también se han convertido en un espacio en donde muchos descargan sentimientos de hostilidad y rechazo hacia otras personas; aprovechando el anonimato que puede ofrecer, la falta de límites y las nulas consecuencias de según qué actos.

Durante la etapa de la adolescencia, pueden surgir trastornos como ansiedad, depresión e, incluso, sentir la necesidad de encajar en un grupo soportando, en muchas ocasiones, mayor presión social por parte de sus compañeros y asumiendo el impacto que las redes sociales generan sobre sus vidas.