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Ricardo (con sudadera azul) vive en uno de los pisos compartidos de Lázaro desde hace tres años

De dormir en los soportales de la Plaza Mayor a compartir piso con jóvenes: «En la calle lo pierdes todo»

«¿Cómo fue mi vida? De un lado para otro de España buscándome la vida», cuenta Ricardo, quien vive desde hace tres años en uno de los hogares del proyecto Lázaro

Hace tan solo tres años, Ricardo dormía casi todas las noches en los soportales de la Plaza Mayor de Madrid. «¿Cómo fue mi vida? De un lado para otro de España buscándome la vida», cuenta. Pasó una época en Vigo, ganándose la vida pidiendo en la calle. «Me cansé, porque pedir cansa». Lo peor, confiesa, llegaba cuando se hacía de noche: «Aunque hay gente a tu alrededor, estás solo y vuelves a estar solo, porque la calle es así».

Ahora, habita en un piso compartido con otras personas que tampoco tenían un hogar y jóvenes profesionales que se ofrecen voluntarios para vivir con ellos. Esta es la misión principal de los hogares del Proyecto Lázaro, al tiempo que luchan contra la exclusión. «En la calle pierdes todo: familia, amigos», afirma para pasar a preguntar «¿Cómo se sale de la calle?». «Muy fácil –responde– Si no tienes a nadie que te apoye, va a ser que no».

Un puente hacia una vida mejor

Desde que vive en uno de los pisos de Lázaro, Ricardo se levanta por la mañana y tiene una rutina marcada. De su casa, suele ser el que más va a la compra. «A veces te toca hacer la comida y la haces», dice. Por las tardes, normalmente sale de paseo –«a lo mejor me bajo hasta Alonso Martínez», cuenta– y cuando se hace de noche coge el ordenador o sus sellos de filacteria, que es lo que más le gusta. «Ahí me tiro hasta la cena», afirma.

¿Qué significa Lázaro para Ricardo? «Es un puente a una vida mejor», responde. La sorpresa aumentó cuando se dio cuenta de que en realidad había encontrado una familia. «Cuando llegas aquí, sigues siendo un poco egoísta, pero cuando llevas un poco más de tiempo, ya el egoísmo lo dejas a un lado», relata.

«Un hola y un abrazo», eso es la amistad para Ricardo. Eso es lo que ha encontrado en el que se ha convertido en su hogar. El proyecto Lázaro nació en Francia en el año 2012. Todo comenzó cuando dos amigos se fueron a vivir con personas que habían conocido en la calle, pusieron un piso y comenzaron a vivir en fraternidad. Desde 2017, la asociación está también en Madrid, pero ahora tienen casas en funcionamiento en Barcelona y el Puerto de Santamaría.