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Una madre acuna a su bebéUnsplash

La neurociencia desvela por qué las madres acunan del lado izquierdo a sus bebés, y no es por lo que crees

Una creencia muy extendida en el entorno de la crianza es que, cuando las madres sostienen a sus bebés en brazos, suelen hacerlo apoyando la cabecita en el lado izquierdo del pecho, para que los pequeños escuchen su corazón

Piense en la última vez que vio a una madre acunar a su bebé en brazos. Y ahora trate de recordar un detalle concreto de tan enternecedora estampa: ¿hacia qué lado depositaba la madre la cabecita de su pequeño? ¿Hacia el lado derecho de su pecho, o tal vez del lado izquierdo?

Si coincide con el 85 % de las mujeres que estudiaron, tanto en 1978 como en 1995, los investigadores P. de Chateau, H. Holmberg, J. Winberg y V. Todd, entonces la tierna imagen que usted acaba de recrear estaría sosteniendo la cabeza del bebé hacia el lado izquierdo de su pecho.

Del lado del corazón… pero no solo

Según aquellas investigaciones, se trata de un comportamiento sumamente extendido en casi todas las madres del mundo (y en buena parte de los padres, aunque en menor medida), fuesen cuales fuesen su edad o su cultura local, e incluso con independencia de que fuesen zurdas o diestras.

Tradicionalmente, este gesto se ha asociado al hecho de que de ese modo los pequeños podían sentir la frecuencia del latido materno, tal y como la escuchaban cuando estaban en el útero materno, y así, según esas primeras investigaciones, de un modo casi intuitivo las madres ayudaban a sus bebés a conciliar mejor el sueño, a calmarse antes o, simplemente, a estar más felices.

La razón que ha dado la neurociencia

Sin embargo, aunque aquellos estudios contenían un importante componente de verdad, la explicación quedaba incompleta. Ha sido gracias a los últimos descubrimientos de la neurociencia cuando se ha podido conocer la razón, aún más profunda, de este comportamiento tan arraigado en la conducta humana.

Para comprenderla bien hay que aclarar antes dos conceptos básicos sobre el funcionamiento de nuestro cerebro. El primero es que, si el cerebro moviese los resortes de nuestro organismo como si fuésemos una marioneta, lo haría en forma de X. Dicho de otro modo: el lado izquierdo de nuestro cuerpo se rige por el hemisferio derecho del cerebro, y viceversa. El segundo concepto es que el hemisferio derecho del cerebro (que afecta al lado izquierdo del cuerpo) es el que está involucrado en los procesos emocionales, mientras que el hemisferio cerebral izquierdo (asociado al lado derecho del cuerpo) es el que domina los procesos de carácter racional. Por ese motivo, en los primeros años de un ser humano, el hemisferio derecho, esto es, el de las emociones, es el más importante para la vida del bebé.

Acunar para conectar con el cerebro derecho

A partir de estas evidencias, las psicólogas de la Universidad de Sussex, en Reino Unido, Brenda Todd y Victoria Bourne lograron demostrar que al colocar el cerebro del bebé sobre el brazo izquierdo, la madre lograba sintonizar mejor a nivel emocional y primario con su hijo. El título de la investigación, aunque pudiera parecer un trabalenguas infantil, era realmente explícito: When left means right: an explanation of the left cradling bias in terms of right hemisphere specializations (Cuando izquierda significa derecha: una explicación del sesgo de acunar a la izquierda, en términos de especializaciones del hemisferio derecho).

Según las investigadoras, esta postura permite a la madre hablar, cantar o susurrar hacia la oreja izquierda del bebé, le permite tocar su manita y su pie izquierdos, o incluso mantener un contacto visual con el ojo izquierdo del pequeño… todo ello conectado en forma de X con el hemisferio derecho del niño, o sea, el de las emociones.

Respuestas más rápidas, eficaces y empáticas

Al actuar de este modo, explican Todd y Bourne, las madres logran responder de un modo más adecuado, más rápido y más completo, casi intuitivo, a las necesidades emocionales de su hijo, porque cada una de sus respuestas impacta directamente en el hemisferio derecho del pequeño, regulando sus emociones.

El análisis de las investigadoras constató que las mujeres que acunaban a sus bebés del lado izquierdo tenían «cocientes de lateralidad significativamente más altos», y permitía concluir que la mayoría de ellas acunaban de ese modo por el bien del bebé, no por simple comodidad, puesto que algunas eran zurdas.

Sus investigaciones se han visto ratificadas con los cada vez más numerosos estudios sobre la llamada «teoría del apego», como el expuesto por el neuropsiquiatra de la Universidad de California Allan Schore, que ratifican que al estimular el lado derecho del cerebro se desarrolla más la inteligencia emocional y la empatía, y se activan los procesos que permiten, por ejemplo, descifrar las expresiones faciales, percibir de un modo intuitivo las necesidades de un ser querido, leer los mensajes que transmite una sonrisa o un tono de voz, sentirse seguro o amenazado, o percibir las motivaciones e inquietudes de una persona. Un asombroso cóctel emocional que, de un modo casi instintivo y sin necesidad de tanta bibliografía científica, desencadena cada madre que acuna tiernamente a su bebé.