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Ana del Pino es coordinadora europea de One of Us en España, de la Asamblea por la Vida y de NEOSPaula Argüelles

Entrevista

Ana del Pino: «Ningún tratado internacional recoge un supuesto derecho al aborto

La coordinadora de NEOS analiza los entresijos de la votación en el Parlamento Europeo para incluir el aborto en la Carta de Derechos Fundamentales de la UE

en el discurso que Emmanuel Macron concedió para inaugurar la presidencia francesa de la Unión Europea, ya dejó claro que uno de sus objetivos para ese tiempo era «usar la Carta de los Derechos Fundamentales para proteger el clima y reconocer el derecho al aborto». Esto fue el 19 de enero de 2022 y dos años después todavía no se ha cumplido, si bien, el trámite está iniciado.

En cambio, al otro lado del charco que es el Atlántico, cada vez más estados federados se suman a políticas a favor de la vida y ayudas a la maternidad. Tan solo unos meses después de esas palabras del presidente galo, el 24 de junio de 2022, la Corte Suprema de EE.UU. tumbó el blindaje constitucional al aborto. Lo que hemos vivido desde entonces es, según Ana del Pino, coordinadora de One of Us, Neos y la Asamblea por la Vida, una reacción a esta decisión.

Ana del Pino, en la sede de NEOSPaula Argüelles

–¿De dónde viene esta propuesta? Y, mas importante: ¿es compatible con la propia carta?

–La resolución viene fundamentalmente del partido socialista del Parlamento Europeo y también de los liberales, los verdes. En fin, del bloque más de izquierdas. Esto ya se había propuesto en una resolución anterior cuando salió la sentencia del caso Roe vs. Wade en Estados Unidos, en la que el Parlamento Europeo condenaba este supuesto, para ellos, retroceso en los derechos. Además, con anterioridad, cuando Francia accedió a la presidencia rotatoria europea en su discurso de inauguración, Macron ya dijo que uno de sus objetivos para ese tiempo era incluir el aborto como derecho en la Carta. No se llevó a cabo, pero se están dando pasos en este sentido. La votación del jueves va a salir adelante, porque tienen mayoría, pero esto no es el final. Tenemos ya un texto de la resolución al cual todavía se pueden añadir mociones o enmiendas por parte de otros grupos como es el grupo popular y el grupo conservador. Pero en lo básico, en la resolución que se va a votar se dice explícitamente no que el aborto debe ser un derecho reconocido como derecho fundamental. Querer introducir el asesinato del niño por nacer como un derecho fundamental en la Carta de Derechos Humanos es realmente hipócrita y malvado.

–Por otro lado, la Comisión europea ha señalado en varias ocasiones ya que la legislación del aborto es cosa de los países miembro y no competencia de la UE.

–La Unión Europea reconoce en sus tratados también el principio de subsidiariedad, es decir, hay determinadas materias que son competencia nacional. Es necesario respetar la soberanía de cada país miembro. Como existe este principio, para modifica la Carta de Derechos Fundamentales se requiere unanimidad de los países. Algunos son, en modo alguno, islas para la vida. Por ejemplo, Malta lo es literalmente, pero también porque allí el aborto es ilegal. Otros países como Hungría o Polonia también se opondrían a esta introducción por parte de las instituciones europeas de este nuevo supuesto derecho.

–A nivel jurídico, ¿es considerado el aborto un derecho en algún tratado sobre derechos humanos del mundo?

– La Unión Europea ha suscrito todos los tratados internacionales en los cuales el derecho reconocido es a la vida, además del respeto y el derecho a la dignidad humana. En ningún tratado internacional se recoge este supuesto derecho al aborto. No existe tal derecho, no existe un derecho a matar, existe un derecho a vivir.

Ana del Pino, y al fondo, el cartel de la Manifestación del próximo 26 de junioPaula Argüelles

–Fue el propio Macron quien insistió en primer lugar en hacer esta propuesta, pero durante dos años ha quedado aparcada. Mientras, hemos visto como en Francia se incluye en la constitución el aborto, después de que en EE.UU. se esté siguiendo una corriente contraria, donde cada vez más estados apuestan por la cultura de la vida. ¿Estamos ante una reacción?

–Desde hace varios años y concretamente desde que se conoció la sentencia en el caso Roe vs. Wade, que dice que la Constitución, al reconocer el derecho a la vida y la dignidad humana, no reconoce en ningún caso el supuesto derecho al aborto. Esto es lo que se reconoce también en la Carta de Derechos Fundamentales de la UE. Esto es todo una respuesta a lo ocurrido en EE.UU. y a raíz de ahí, Macron, que tiene una obsesión enfermiza con el aborto, lo ha perseguido en Francia y está haciendo lo posible para que en Europa ocurra lo mismo. Europa quiere hacer un contrapunto a esas políticas de apoyo a la vida y la maternidad que están impulsando en Estados unidos.