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Un grupo de amigos en la callePexels

Diez consejos para ayudar a tus hijos a elegir a sus amigos

El psicólogo experto en adolescencia Jaime Serrada ha dado para La Antorcha, la revista gratuita que edita la ACdP, 10 claves para que los padres puedan ayudar a sus hijos a elegir a sus amigos

No son pocos los que saben que aquello de «quien tiene un amigo, tiene un tesoro» es una cita de la Biblia que ha sido adoptada por el refranero popular. Sin embargo, hay mucha menos gente que sepa que el versículo concreto (del capítulo 6 del libro del Eclesiástico) tiene un par de matices importantes que conviene tener en cuenta. Por ejemplo, que ese amigo debe ser «fiel» para tenerlo en tan alta estima, y que hay muchos «amigos de ocasión» de los que es mejor apartarse porque «no resisten en el día de la desgracia» e incluso «se convierten en enemigo».

Para ayudar a los hijos a encontrar esos buenos amigos «de valor incalculable», y también para enseñarles a reconocer las tan temidas «malas influencias», preguntamos al psicólogo Jaime Serrada, experto en educación emocional, especializado en familia, infancia y adolescencia, y padre de ocho hijos. Y estos son los 10 consejos que nos ha dado.

1. No puedes elegirlos, pero…

«Lo primero que hay que reconocer es que no puedes elegir a los amigos de tus hijos. Sin embargo, sí puedes ir monitorizando que las relaciones que establecen son de amistad verdadera, que les van a hacer bien o que al menos no les va a venir mal», explica Serrada. Y aunque la forma concreta de aterrizarlo «depende mucho de cada etapa, porque los años de Infantil son muy diferentes a los de la ESO, este marco nos hace estar atentos a lo que vamos hablando, escuchando y viendo en casa».

2. No te empeñes

«A veces los padres nos empeñamos en que nuestros hijos sean amigos de los hijos de nuestros amigos, o de los hijos de nuestra comunidad, de nuestra parroquia o del vecindario. Pero les juntas y no cuaja. No es que se lleven mal, pero no conectan», apunta Serrada. Así que lo mejor es «no forzar la situación, y estar pendiente, sabiendo lo que toca en cada etapa».

3. En Infantil: ¿compañeros o amigos?

Entre los 2 y los 5 años «hay que hacerles ver que no tienen que ser amigos de toda su clase», explica el psicólogo. «La amistad está fenomenal, pero unos son más amigos que otros, y tenemos que preguntarles con quién les gusta estar, jugar, etc.». Además, cuando en torno a los 5 años comienzan los conflictos (este me quita los juguetes, esta me ha pegado, en el patio me persigue) «tenemos que hablar con ellos para conocer quiénes les generan problemas, y si alguien les hace daño, hablar con la tutora».

4. En Primaria: preguntar y poner luz

En Primaria, recuerda Serrada, «aún hay que hacerles caer en la cuenta de que te puedes llevar bien con alguien sin que sea tu amigo, y que las amistades cambian y son reducidas. Y para eso hay que hablar y preguntar: «Oye, el otro día me hablase de este, ¿qué tal con Fulanito? ¡Ah! que ya no es tu amigo? ¿Y eso qué quiere decir? ¿Y quiénes son tus amigos?», etc.». Y, de nuevo «estar atento a los conflictos entre amistades del tipo «Tal es mi mejor amiga, y me ha dicho que tiene otra mejor amiga, así que me siento traicionada». Esto, sobre todo en las chicas, puede ser dramático. Así que es importante recordar que puedes, o no, compartir amigos con tus amigos», indica.

5. Queda mal para protegerles a ellos

¿Y qué ocurre cuando en Primaria les empiezan a invitar a fiestas tipo Halloween, a ciertos planes de ocio demasiado precoces, a casas de familias que casi no conocemos, o incluso a cumpleaños a los que no queremos que vayan o a los que ellos mismos no quieren ir por las compañías que van, pero a los que les da vergüenza negarse? Jaime Serrada es taxativo: «En estos casos, tienes que decir que no, y si es necesario quedar mal tú como padre para protegerles a ellos». Y si nos equivocamos y después de ir a algún plan «nos dicen que no han estado bien en un entorno, o veamos algo raro, es mejor decir una y no más. Por eso es muy importante saber quién es quién y de quién es hijo», apunta Serrada.

6. Atentos al WhatsApp

Por su experiencia como padre de ocho hijos, Serrada comparte un truco para ubicar a los amigos de sus hijos. «Es muy útil saber quién está y quién habla en el grupo de WhatsApp de los padres, para conocer a las familias. Yo soy un desastre para los nombres, pero a veces hago el esfuerzo de apuntarme los nombres y los contactos, y memorizar de qué niños hablan mis hijos, para saber quiénes son sus padres. Así, cuando voy a recogerles, puedo identificarlos mejor, hablar con los padres…».

7. En Secundaria: escuchar, no interrogar

Cuando los hijos crecen, empiezan a ser más reservados y a hacer planes en los que no estás presente: me voy al centro comercial, quedo un rato después de clase… «Aquí sigue siendo bueno preguntar dónde van, con quién, si va Fulano o no, etc. Y esto implica conversar», apunta Serrada. Y aunque ya en la adolescencia «evidentemente no te lo cuentan todo, cuando regresan podemos preguntarles qué tal ha ido, pero no como un interrogatorio sobre lo que han hecho, sino una conversación porque me interesa tu vida: si te lo has pasado bien, con quién has estado, si has hecho el mono, si habéis estado cantando o whatsappeando…» Porque así, a través de lo que hacen nuestros hijos podemos descubrir lo que hacen sus amigos, y si tienen relaciones constructivas.

8. Oído atento

Serrada recomienda tener el oído atento en casa: «A veces escuchas que dicen expresiones, comentarios o canciones que no han aprendido en tu familia. Y conviene preguntarles «Y esto, ¿dónde lo has oído?», porque a veces son cosas que los amigos de tus hijos han escuchado en sus propias casas, y unas veces son buenas pero otras no tanto». Algo que te descubre a los amigos de tus hijos, incluso sin haber tratado mucho con ellos.

9. Adolescencia: ¿Qué ha pasado aquí?

Para Serrada, una pauta para intervenir y recordarles que los amigos son aquellos que sacan lo mejor de ti es estar atento a «si hay cambios en tu hijo: malas contestaciones, acritud, follones con los hermanos, que empieza a tratar mal al pequeño… Y en estos caso, hay que abordarlo directamente: ¿Por qué reaccionas así? ¿Esto lo has oído a algún amigo? ¿Estás viendo alguna serie sobre tal cosa cuando sales fuera…?». Además, Serrada añade que «si no se puede reconducir con 13, 14 o 15 años, tal vez haya que decir que no vuelve a quedar con tal persona o tal grupo».

10. Abre tu casa

Una de las mejores estrategias para conocer a los amigos de tus hijos y ver cómo se comportan es, según Serrada, abrir las puertas de tu casa: «¿Queréis ir a ver una peli? Estupendo, venid aquí. ¿Queréis ir a comer por ahí? De acuerdo, venid aquí, y luego jugáis a la play. Y si hace falta, meto a los pequeños en otra habitación o me los llevo un rato al parque. Esto no sólo te ayuda a conocer a sus amigos, sino que genera un clima de confianza y te asegura que las actividades que hacen son, más o menos, las que tienen que ser». Si, además, invitas a tus propios amigos a casa, les darás la oportunidad de aprender de ti lo importante que es tener amistades sanas y saber cuidarlas.