La regla del beso de los seis segundos capaz de salvar una relación de pareja
Seis segundos es lo que tarda el cerebro en mandar la señal que libera oxitocina, la hormona del amor, y dopamina y serotonina, neurotransmisores relacionados con la felicidad
Dani Martín y El canto del loco bien sabían que lo que querían eran besos. Besos para todo: todas las mañanas para despertar, por la tarde y también para cenar. Esta muestra de amor, cariño e intimidad no ha pasado desapercibido para los expertos en pareja, como John Gottman, autor de La receta para el Amor y fundador del Love Lab (laboratorio del amor).
Según el psicólogo, los «rituales de conexión», como son los besos, son cruciales, sobre todo en las despedidas y los reencuentros (ya sean diarios o de largo plazo). «La atención que se dedica el uno al otro en las coyunturas de transición comunica que 'eres importante para mí, y cuando vuelves al final del día, es un acontecimiento. Tú me importas'», explica Gottman.
Ante la importancia de este pequeño acto en las parejas, el doctor ha inventado una técnica capaz de potenciar todos los aspectos positivos de una relación. La ha llamado el beso de los seis segundos y su desarrollo es muy simple. Su propio nombre lo indica. Lo único que hay que hacer es dedicar al menos seis segundos a un beso profundo y apasionado, por lo menos una vez al día, pero sobre todo en los momentos de transición, es decir, en las despedidas y los reencuentros.
Hormonas de la felicidad
Gottman asevera que el beso ha de ser largo y significativo, que permita desconectar del exterior. No es solo una muestra de afecto físico, sino también una vía de comunicación emocional.
Su duración no es casual. Seis segundos es lo que tarda el cerebro en mandar la señal que libera oxitocina, la hormona del amor, y dopamina y serotonina –neurotransmisores relacionados con la felicidad–. Estos besos, indica Gottman, motivan una conexión más especial y ayudan a profundizar en la relación.
Para que esta técnica sea aún más efectiva, el psicólogo recomienda añadir una serie de gestos o pasos que potenciarán un resultado positivo para la relación, como por ejemplo, haberse asegurado de dejar el móvil o cualquier otra distracción a un lado y dedicar toda la atención a la pareja. Al terminar, Gottman recomienda también dedicar unas breves palabras de afirmación, como la felicidad que se siente al volver a verse en caso de un reencuentro o un te quiero para una despedida.