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Por qué es bueno hacer regalos a tu pareja, incluso en plena crisis económica

Los cinco lenguajes del amor

Por qué es bueno hacer regalos a tu pareja (incluso en plena crisis económica)

Para los matrimonios en los que es prioritario el lenguaje del amor del obsequio, descuidar los regalos (incluso baratos) pueden suponer una ruina emocional y económica

Los datos económicos que afectan a las familias y a los matrimonios en España son demoledores. Según la Memoria Socioeconómica de 2023 elaborada por el Consejo Económico y Social, casi la mitad de las familias españolas (48,5 %) casi no pueden llegar a fin de mes. Y más de una de cada tres (el 36 %) reconoce que su situación económica es tan delicada que no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos como la ruptura de unas gafas, un pinchazo en el coche o una avería doméstica.

Con semejante escenario, parece una quimera o un imposible recomendar a las parejas que dediquen una parte de su presupuesto, aunque sea mínima, para hacerse pequeños obsequios. Pero, ¿y si en realidad esa fuese la inversión más inteligente posible para evitar un crash emocional e incluso económico en la familia?

Esa es la tesis que sostiene el experto asesor matrimonial Gary Chapmpan, en su teoría sobre los cinco lenguajes del amor, que plasmó en un libro homónimo hoy convertido en best-seller internacional.

¿Cuál es tu relación con el dinero y por qué?

Cuando aborda el lenguaje afectivo del regalo, Chapman explica que «los regalos son símbolos visuales del amor» que «tienen más valor para unas personas que para otras». Por ese motivo, cuando uno de los cónyuges tiene este lenguaje afectivo como el modo prioritario de sentirse amado, el asesor matrimonial recomienda estar abierto a «tener que cambiar tu actitud con el dinero».

Porque «cada uno de nosotros –explica este antropólogo que ha asesorado a miles de parejas en todo el mundo– tiene una percepción particular en cuanto al objetivo del dinero, y tenemos diferentes emociones asociadas con la manera de gastarlo. Algunos somos dados a gastarlo y nos sentimos bien con nosotros mismos cuando compramos cosas o gastamos dinero. Otros tenemos una perspectiva de ahorro e inversión; y nos sentimos bien cuando logramos ahorrar dinero y cuando lo invertimos con sabiduría».

Obviamente, cuando una persona es más propensa a gastar dinero, no tendrá reparos a la hora de hacer un pequeño gasto extra para agasajar a su pareja, sobre todo si sabe que ese es exactamente el lenguaje del amor que resulta eficaz para que el otro se sienta amado. Pero, ¿qué ocurre si uno de los cónyuges tiene como lenguaje del amor el del regalo, y su pareja es reacia a gastar dinero?

Cuando uno derrocha y el otro ahorra

A lo largo de sus muchas conferencias por todo el mundo angloparlante, Chapman se ha encontrado con numerosísimos casos como este, tal y como él mismo reconoce en sus obras y en sus charlas. «Cuando eres un ahorrador, experimentas una gran resistencia ante la idea de gastar dinero como expresión de amor. Si casi no compras cosas para ti mismo, ¿por qué deberías comprar cosas para tu cónyuge?», relata.

Sin embargo, Chapman desvela que esa forma de entender el matrimonio y las finanzas familiares –siempre que se mantengan dentro del orden lógico– puede traer consecuencias devastadoras para la pareja. El motivo es que «esa actitud en realidad no reconoce que, incluso cuando no lo gastas, estás comprando cosas para ti mismo» porque «al ahorrar e invertir dinero, estás comprando autoestima y seguridad emocional para ti mismo. Estás atendiendo tus propias necesidades emocionales con la manera en que administras el dinero». Y remarca: «Lo que no estás haciendo es suplir las necesidades emocionales de tu cónyuge».

La mejor inversión

Por esa razón, Gary Champan recomienda que «descubres que el lenguaje principal del amor de tu cónyuge es recibir regalos, quizá comprendas que comprar regalos para él o para ella es en realidad la mejor inversión que puedes hacer». Así, al gastar una pequeña cantidad de dinero en un sencillo detalle para tu pareja, «estás invirtiendo en tu relación y llenando el tanque de amor de tu cónyuge, y con un tanque de amor lleno, él o ella es probable que corresponda con tu amor emocional en un lenguaje que entenderás».

El impacto de ese pequeño gasto (o más grande cuando las posibilidades son mayores y la ocasión lo merece, pues Chapman recomienda que el valor del regalo esté siempre en línea con las posibilidades reales de quien lo entrega) puede tener una enorme repercusión afectiva, e incluso económica.

«Cuando se satisfacen las necesidades emocionales de los dos cónyuges, el matrimonio adquiere una dimensión nueva por completo», asegura sobre la base de su propia experiencia como asesor matrimonial. Además, diversos estudios destacan cómo la economía se ve altamente perjudicada cuando la pareja se desmorona.

El ruinoso coste económico de una ruptura

Uno de los más recientes ha sido el informe «El divorcio en España», elaborado por el Observatorio Demográfico CEU-CEFAS y publicado en marzo de 2024, en el que se recoge cómo «el coste por familia divorciada no es del 1,5 % al 2 % de su «PIB particular», sino 10 a 20 veces más que eso, con un empeoramiento apreciable post-divorcio de su nivel de vida: el divorcio entre ricos y personas de clase media-alta es oneroso, pero no mata económicamente, mientras que entre personas de clase media para abajo, el daño es muy considerable, y en no pocos casos causa la ruina económica a los afectados».

Así las cosas, y a pesar de la difícil coyuntura económica actual, cobra mayor repercusión el consejo de Gary Chapman: «No te preocupes tanto por tu dinero y por tus ahorros; siempre serás una persona ahorradora. Pero invertir en amar a tu cónyuge es invertir en una empresa estable, con mínimo riesgo y alto nivel de liquidez».