Los rasgos que identifican a un niño superdotado por edades

Quienes conocieron en vida a Albert Einstein han contado que de pequeño no destacaba en el colegio por sus buenas notas, sino por desobedecer a sus profesores y no prestar demasiada atención. Años después este mismo hombre pondría por escrito la teoría de la relatividad y daría los primeros pasos para el desarrollo de la física como la conocemos hoy. Su coeficiente intelectual llegó a ser de 160, aunque en sus primeros años su desarrollo fue lento. Tardó más que otros niños de su edad en soltarse a hablar y era vergonzoso.

No hay datos oficiales sobre la superdotación, aunque según exponen los neuropediatras Adrián García-Ron y José Sierra-Vázquez se estima que alrededor de un 3 % de la población posee alta capacidad cognitiva. En España concretamente 300.000 niños, según los datos del Centro de Investigación y Documentación Educativa del Ministerio de Educación. De todos ellos, tan solo están identificados 2.650 casos. Según indican, la información aportada por los mismos padres de un niño puede ser suficiente para comprobar si posee o no un mayor nivel cognitivo, junto al uso de cuestionarios.

Diferencias con el TDAH

Ambos médicos especializados en comportamiento infantil definen a los niños con altas capacidades como aquellos que muestran un elevado «rendimiento en las áreas intelectual, creativa y/o artística», según escriben en su estudio Niños con altas capacidades intelectuales: signos de alarma, perfil neurológico y sus dificultades académicas.

Como sucedía con Einstein, en los niños que se aburren en clase a veces se plantea un diagnóstico de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Según explican los pediatras, la diferencia entre un niño superdotado y otro con TDAH se basa en que el déficit de atención se manifiesta en todos los contextos. En cambio las altas capacidades con más restringidas. «A nivel neuropsicológico, la diferencia se encuentra en los niveles atencionales, planificación y gratificación», exponen ambos expertos.

Características por edades

Algunas características asociadas de forma común a los niños con dotes escolares superiores pueden irse diferenciando con la edad. Por ejemplo, entre el primer y el cuarto año de vida, según se indica en el informe, puede sorprender a los padres el desarrollo precoz del lenguaje y su capacidad de memoria. Es común que los niños superdotados puedan mantener una conversación a tan pronta edad como los 2 años y antes de los 4, sean capaces de realizar puzles y leer con facilidad.

Pasado el cuarto año de vida, un menor con altas capacidades suele mostrar orientación social hacia los adultos, disfrutan leyendo, tienen una gran curiosidad por las cosas y muestran rapidez y facilidad en la comprensión de distintos conceptos. Esto se mantiene hasta aproximadamente los seis años, cuando ya llama la atención su riqueza léxica, al tiempo que una habilidad de comprensión y conexión de conceptos complejos. Estos niños sienten placer resolviendo nuevos problemas y tienen talento en áreas específicas, como el dibujo, la música o las matemáticas, entre otras.

A pesar de ello, según aseguran los pediatras, suelen ser alumnos «despistados ante tareas de rutina o irrelevantes para ellos» y frecuentemente están interesados en temas trascendentales, como la moral, la justicia o la s guerras, además de tener un avanzado sentido del humor para su edad, una especial sensibilidad, perfeccionismo y sentimientos y emociones fuertes.