Comer soja podría ayudar a la actividad cognitiva de los niños en edad escolar
Aquellos jóvenes que participaron en el estudio y que consumieron más alimentos de soja mostraron respuestas más rápidas
Un estudio de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign (Estados Unidos) ha descubierto que los niños en edad escolar que consumen más isoflavonas de alimentos de soja exhiben mejores capacidades de pensamiento y atención. Estos hallazgos abren el camino para futuras investigaciones destinadas a desentrañar cómo los alimentos de soja pueden afectar positivamente las capacidades cognitivas de los niños.
«Los alimentos de soja a menudo no son una parte regular de la dieta de los niños», comenta Ajla Bristina, estudiante de doctorado en neurociencia de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. «Nuestro estudio añade evidencia de la importancia de los nutrientes que se encuentran en los alimentos de soja para la cognición infantil». Bristina presenta los hallazgos en NUTRITION 2024, la reunión anual insignia de la Sociedad Estadounidense de Nutrición.
Las isoflavonas son compuestos naturales que se encuentran en diversas plantas, en particular en la soja y los productos derivados de esta. Aunque investigaciones anteriores en adultos han sugerido que las isoflavonas de soja pueden mejorar la memoria, los beneficios no se han estudiado en profundidad en niños.
Respuestas más rápidas
Para examinar los beneficios potenciales de las isoflavonas de soja, los investigadores examinaron datos previamente disponibles de un estudio transversal que incluyó a 128 niños de 7 a 13 años. Utilizaron información de registros dietéticos de 7 días para calcular la ingesta dietética promedio de cada niño, incluidas las cantidades de macronutrientes, micronutrientes, vitaminas e isoflavonas consumidos.
Para evaluar la capacidad intelectual general de los niños, los investigadores utilizaron una serie de pruebas de lápiz y papel ajustadas al nivel de grado. También midieron las capacidades de atención utilizando una tarea computarizada conocida como tarea de flanco, mientras que se registró la actividad electroencefalográfica (EEG) y se utilizó para medir la velocidad de procesamiento de la información y la atención.
«Ningún otro estudio ha examinado la asociación entre las isoflavonas de soja y las capacidades de atención mediante EEG o medidas similares para registrar la actividad eléctrica generada por el cerebro», matiza Bristina.
En general, el análisis reveló que los niños del estudio tendían a consumir cantidades bajas de alimentos de soja que contenían isoflavonas. Sin embargo, aquellos que consumieron más alimentos de soja mostraron respuestas más rápidas durante las tareas de atención y exhibieron una velocidad de procesamiento más rápida. No se observó asociación entre la ingesta de isoflavonas de soja y la capacidad intelectual general.
«Los niños de nuestro estudio consumieron un promedio de 1,33 mg de isoflavonas por día, lo que, si bien es relativamente bajo, coincide con los valores informados previamente para los Estados Unidos», apunta Bristina. «El consumo de soja de los participantes individuales varió de 0 a 35 mg/día».
«Para poner esto en perspectiva, una porción de 8 onzas líquidas de leche de soja proporciona aproximadamente 28 mg de isoflavonas, una porción de tofu proporciona aproximadamente 35 mg y media taza de edamame al vapor proporciona aproximadamente 18 mg de isoflavonas», añade.
Bristina explica que los snacks como el edamame tostado, las nueces de soja o la leche de soja son una buena forma de incorporar más soja a la dieta. El tofu, el tempeh o los nuggets a base de soja también son buenas opciones para las comidas.
«Los estudios correlacionales como este son solo el primer paso», afirma Bristina. «Para comprender mejor los efectos del consumo de alimentos de soja en las capacidades cognitivas de los niños y la cantidad precisa de ingesta de isoflavonas necesaria para provocar tiempos de respuesta más rápidos, se requerirán enfoques de intervención».
Para obtener más información, el equipo de investigación inició recientemente un ensayo clínico que examina los efectos de los alimentos de soja sobre la capacidad de pensamiento, las hormonas sexuales, la salud metabólica y la salud intestinal.