¿Niños en casa durante las vacaciones? Consejos para gestionar la situación incluso si tienes que trabajar

El verano puede ser muy largo, sobre todo, con niños que llevan meses esperando a que termine el colegio para empezar las vacaciones. Desgraciadamente, hay muchas familias que no pueden permitirse, por motivos económicos y profesionales, pasar todo este tiempo de vacaciones escolares que sí tienen los niños en la playa y/o la montaña por lo que cuidar de ellos puede resultar agotador. No obstante, pedagogos y terapeutas explican que el concepto de las vacaciones como una salida hacia un destino vacacional es una necesidad típica de los adultos, no de los niños.

Así, varios estudios demuestran que son los adultos los que experimentan estrés y frustración si no pueden irse de viaje ya que asocian el hecho de quedarse en casa con la imposibilidad de desconectar. Sin embargo, en el caso de los niños las vacaciones son sinónimo de no ir al colegio. Es decir, de libertad. De salir de la rutina. Y estar en casa no es incompatible con eso.

Buena organización

Pasarse el verano sin ir a un campamento, estar todos los días en la playa, hacerse un viajazo o pasar por Disneyland no tiene que ser un drama. Lo importante es planificar los días, incluso a nivel visual. Una herramienta que puede resultar muy útil es una pizarra para actividades familiares en la que se pueda planificar y organizar la vida diaria. Se puede organizar dividiendo el tiempo entre cosas que se pueden hacer juntos y otras que el niño pueda hacer solo e incluyendo también tareas del hogar, pequeñas responsabilidades diarias como hacer la cama, ordenar la habitación o ayudarnos a preparar la comida.

Un buen equilibrio implica una división entre actividades creativas, ejercicio físico, juegos al aire libre y aprendizaje. Esto último no significa necesariamente hacer deberes sino leer libros, participar en proyectos científicos o, para quienes tienen un jardín, cultivar un huerto o crear un herbario. Como es lógico, los niños también tienen derecho a un poco de relajación y pueden ver una película o dibujos animados, quizás durante las horas de más calor.

Otra herramienta que no puede faltar es la imaginación. A los más pequeños les encanta vivir aventuras y para ello no hace falta volar al otro lado del mundo. Se pueden, por ejemplo, organizar jornadas temáticas, como una de arte en la que recrear un museo dentro de casa. Otra gastronómica y preparar recetas fáciles con los niños.

Gestionar el tiempo

Lo que para los niños son tres meses de vacaciones para los padres no es ni de lejos ese tiempo. De hecho, es problable que durante ese periodo alguno de los progenitores tenga que teletrabajar y conciliar con las ganas de jugar de los niños. En este caso, ¿qué estrategias se pueden adoptar? Hay que recurrir a actividades que el niño puede realizar con total autonomía y seguridad. Lo más importante es que como adultos tengamos pensada una lista de actividades y compartirlas con nuestros hijos para evitar escuchar el clásico «¡No se qué hacer!» en el momento menos oportuno.