El diccionario definitivo para descifrar los balbuceos de tu bebé
Un estudio ha llevado a cabo la primera gran observación a gran escala con codificación de las vocalizaciones infantiles
En su primer año de vida, los bebés pasan una cantidad considerable de tiempo vocalizando. Responden con ruidos a sus padres o balbucean como juegos vocales o exploración. Alrededor de los seis o siete meses, los recién nacidos comienzan con sonidos de una sola sílaba. Hasta ahora, no estaba muy claro qué significaba esta forma prelingüística de comunicación pero un grupo de investigadores ha identificado las categorías de fonación más comunes en los bebés y su significado.
Se trata de la primera observación a gran escala con codificación humana de las vocalizaciones infantiles y para ella emplearon grabaciones caseras de todo el día. Los bebés de todas las edades, desde el nacimiento hasta el año de edad, chillaban y gruñían en patrones de grupos significativos, lo que sugiere que los bebés pueden haber participado activamente en juegos de hacer ruidos, según la investigación publicada en la revista Plos one por Hyunjoo Yoo de la Universidad de Alabama, Pumpki Lei Su de la Universidad de Texas en Dallas (ambas en Estados Unidos) y sus colegas.
Los autores analizaron grabaciones de 130 bebés que aprenden inglés y se desarrollan normalmente durante todo el día en sus propios hogares durante su primer año de vida por sus cuidadores. Para ello, tomaron también información de un estudio más amplio realizado por el Marcus Autism Center, Children's Healthcare of Atlanta y la Escuela de Medicina de la Universidad Emory.
Para el análisis, se eligieron aleatoriamente 21 muestras de cinco minutos de cada grabación infantil. Los autores examinaron cada vocalización, chillido y gruñido, así como «otros» sonidos. Según han indicado los autores, las investigaciones anteriores se habían basado en descripciones subjetivas y observaciones anecdóticas, pero ellos han tratado de elaborar las primeras pruebas empíricas a gran escala de la exploración de las categorías vocales a lo largo del primer año de vida.
Así han observado que los bebés de hasta un año muestran claros patrones de agrupación de chillidos y gruñidos, lo que indicaba que estas categorías no se producen al azar, sino que, al parecer, los bebés las practican activamente. El 40 % de todos los chillidos y gruñidos analizados aparecieron en grupos significativos en todos los bebés. Por otro lado, más del 60 % de las sesiones de cinco minutos mostraron una cantidad significativa de agrupamiento centrándose en chillidos o gruñidos, y no ambos en una sola grabación. Por su parte, el 87 % de los bebés mostró al menos una edad en la que sus grabaciones tenían una agrupación significativa de chillidos y al menos una edad en la que sus grabaciones tenían una agrupación significativa de gruñidos, sin que ningún bebé demostrara ninguna agrupación.
Los autores destacan su sólido enfoque de categorización, al tiempo que les permite recopilar una gran cantidad de datos, probablemente complejidades y matices demasiado simplificados en las vocalizaciones. Sin embargo, el conjunto de datos cuantitativos recopilados es insuficiente para ver patrones claros en bebés individuales, así como en todo el grupo, lo que sugiere una posible vía para el desarrollo del lenguaje que justifica una mayor investigación.
Los autores añaden: «La exploración vocal activa y la formación de categorías vocales son fundamentales para el desarrollo posterior del lenguaje. El presente estudio representa la primera investigación empírica sobre la formación temprana de categorías vocales. Los bebés no sólo producen espontáneamente vocalizaciones similares al habla, sino que también exploran y practican activamente diferentes tipos de vocalizaciones desde los primeros meses de vida».