Estas son las tres etapas de la adolescencia

Ni son completamente niños ni tampoco completamente adultos. La adolescencia son esos años de transición definidos por Diana Al Azem, fundadora de Adolescencia Positiva, como «cruciales» en el ser humano. Desde el punto de vista biológico, esta etapa de la vida que transcurre entre los 10 y los 19 años (según Unicef) coincide con la pubertad, momentos de muchos cambios fisiológicos.

Aunque Unicef establece ese tramo de edad, no existe consenso acerca de los límites de la adolescencia. La mayoría de fuentes profesionales coinciden en que comienza entre los 10 y los 11 años, pero no todos están de acuerdo en cuando termina, cuáles son sus etapas y las edades que las definen.

Aunque la maduración no es igual en todas las personas, la etapa temprana de la adolescencia suele comenzar en torno a los 10 años, cuando los niños empiezan a crecer más rápido. Sobre esta edad, crece por primera vez vello en las axilas o en zonas íntimas y van aumentando de tamaño tanto los senos en las chicas como los testículos en los varones. Unos sitúan su final en torno a los 13, pero también se ha prolongado incluso hasta los 15 años.

La edad del pavo les llega a las niñas uno o dos años antes que a los niños. Muchas de ellas tienen su primera menstruación a los 12, de media entre 2 y 3 años después de que los senos comiencen a desarrollarse. Según indican desde la Academia Americana de Pediatría, en este momento los adolescentes más jóvenes ven el mundo en blancos y negros, sin muchos matices ni grises, y tienden a ser también egocéntricos.

A continuación, entre los 14 y los 18 o incluso los 20 para algunos, tiene lugar la adolescencia media. Los cambios físicos continúan: la voz se agrava y brota el acné. En esta etapa muchos jóvenes comienzan a demandar más independencia de sus padres, porque les preocupa más pasar tiempo con sus iguales.

A nivel neuronal, todavía no ha terminado la maduración completa del cerebro. La última parte en curtirse son los lóbulos frontales, encargados de la coordinación de la toma de decisiones complejas, el control de los impulsos o la capacidad para tener en cuenta varias opciones y consecuencias.

La última fase antes de la adultez es la adolescencia tardía o también llamada postadolescencia. Llegado este momento, el desarrollo físico ya ha terminado. Los jóvenes ya tienen control de sus impulsos y ya toman decisiones, sopesando mejor las consecuencias que tienen sus actos, al tiempo que comienzan a centrarse en el futuro.

Desde los 18 o 20 años y hasta los 21, el cuerpo ya toma la forma que mantendrá en toda la edad adulta, pero a nivel cerebral todavía queda camino por recorrer. De hecho, por esta razón esta última etapa se ha alargado hasta los 24, edad de la juventud plena. Será a lo largo de la veintena cuando los recién llegados a adultos lleguen a la madurez completa, cuando las partes de sus cerebros de las que dependen los juicios racionales y la valoración de objetivos y riesgos o costes y beneficios se hayan terminado de formar.