Así debería ser el menú del comedor escolar, según los expertos
El 45 % de los comedores ofrecen un repertorio de platos muy desequilibrado
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Casi la mitad de los alumnos españoles, más del 40 %, comen en el colegio. Este dato de la Organización de Consumidores y Usuarios hay que cruzarlo con otro de uno de sus estudios sobre el terreno: ningún comedor escolar cumple las recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).
El menú que ofrecen los centros son uno de los garantes de la alimentación saludable de los niños. En este sentido, el mismo estudio de la OCU desvelaba que el 45 % de los comedores ofrecen un repertorio de platos muy desequilibrado. A pesar de ello, desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas destacan que deberían ser espacios donde se mejoren los hábitos alimenticios.
Para la OCU, en los menús escolares hay demasiada patata y poca legumbre. Al mismo tiempo, la presencia de verduras, que consideran fundamental, casi alcanza el mínimo recomendado (2,45 raciones semanales). No obstante, la forma de presentarlas no es la ideal, ya que imperan los purés o las ensaladas como guarnición frente a los platos clásicos como menestra, coliflor o judías verdes.
Menos huevos y más fruta fresca
Echan de menos también más huevos en los menús, que junto a la carne y el pescado deberían aparecer entre una y dos veces a la semana. Según amplían, el objetivo habría de ser la variedad y la alternancia de alimentos, pero dando prioridad a las carnes magras y los pescados azules. Además, añaden que debería rebajarse el porcentaje de embutidos.
Para los postres, la OCU detalla que lo ideal sería tomar fruta fresca a diario, preferentemente de temporada o ir alternando con otras. Sin embargo, en la práctica, los alumnos toman fruta unas 3,75 veces a la semana, no a diario. Por otro lado, la variedad sigue siendo una asignatura pendiente: básicamente toman plátanos, manzanas y peras. Esa carencia de fruta se suple con un exceso de postres lácteos, sobre todo yogur azucarado, cuando lo recomendable es un postre lácteo a la semana en el menú escolar, pero de media se toman 1,4 veces.
Croquetas, empanadillas, flamenquines, san jacobos, patatas fritas… están entre los platos preferidos por los niños, pero estas preparaciones suelen venir de precocinados industriales, altamente ricos en grasas e hidratos de carbono y con poca proteína. Aunque en los menús aparecen en poca cantidad, 0,55 raciones a la semana, sería aún mejor si se redujeran a una vez cada dos semanas.
Otro aspecto que debería mejorar, según indican desde el Consejo General de Dietistas-Nutricionistas, es la cantidad que se sirve en cada plato. «Deben ser valoradas conforme a la franja de edad del niño para conseguir un equilibrio real», afirma Alba Santaliestra, doctora en Nutrición y Salud Infantil. Al mismo tiempo, inciden en que la presentación en los platos ha de resultar «atractiva» para los menores.