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Un adolescente con su móvilUnsplash

Adicción a las redes: el 45 % de los adolescentes tiene problemas para desconectar de la tecnología

El 55,6 % de los padres percibe que sus hijos en la pubertad tienen dificultades para controlar el tiempo que dedican a internet

Cuando un joven se siente triste, solo o inseguro no busca ayuda ni una conversación con sus amigos. Todo lo contrario. Se refugia en su teléfono móvil. Más de la mitad de los adolescentes afirma haber usado internet para sentirse mejor. Así lo ha mostrado un estudio realizado por la aseguradora DKV y la organización Educar es Todo, en el que también concluyen que el 45 % de los jóvenes españoles ha confirmado tener problemas para desconectar de la tecnología.

En cuanto a sus padres, el 55,6 % de ellos percibe que sus hijos en la pubertad tienen dificultades para controlar el tiempo que dedican a internet, si bien en el caso de los docentes, este aumenta hasta el 89,5 %. En general, son los profesores quienes tienen una peor impresión del empleo de la tecnología por parte de los niños y adolescentes, peor incluso que la suya propia y la de sus progenitores.

Ante los datos de este informe, el psicólogo educativo Rafa Guerrero se muestra preocupado porque ante la pregunta de si los adolescentes ven la televisión o usan el smartphone mientras comen, el 35 % de ellos dice que sí. «Uno de cada tres reconoce que mientras está comiendo está utilizando un dispositivo tecnológico, está viendo una serie, está viendo Internet, está en redes sociales. Nos preocupa porque estamos desconectados de lo que estamos haciendo», explica.

Signos de alarma

A estas cifras se suma el hecho de que la mitad de los jóvenes aseguran que se van a dormir con el móvil. Esto, según recuerdan los autores del estudio, puede afectar a la calidad del sueño y, por tanto, a su desempeño en el colegio. La mayor parte de los encuestados ha reconocido que la mayor parte del tiempo que pasan con sus amigos también están usando el móvil. Se ha convertido en un «elemento social», pues se usa para quedar y para comunicarse, y hacen uso del mismo de forma frecuente, incluso cuando están con sus familias.

Entre los síntomas de alarma por el mal uso de la tecnología, el doctor Guerrero cuenta el hecho de que el dispositivo se convierta «en el centro de su vida» y tenga una alta dependencia del mismo. En caso de que pidan cada vez «más y más» para tiempo delante de una pantalla, sobre todo cuando los padres ponen límites de tiempo, puede suponer otra señal de alarma que se une al uso compulsivo del móvil, la falta de autocontrol y la búsqueda de alivio emocional en internet.

«Cuando mi humor está modificado, cuando yo estoy alterado, cuando me siento solo, cuando me siento irritado, cuando estoy triste, me meto en redes sociales para buscar esos chutes de dopamina, para buscar esos 'likes' que lo que hacen es regularme. Sí, te regulan, pero te regulan de una manera que no es real», comenta Guerrero. Tras ello, asevera que los adictos a la tecnología pueden experimentar el síndrome de abstinencia y recaídas cuando intentan desengancharse, y que los conflictos derivados de ello no son culpa de la tecnología, sino precisamente de su mal uso.