¿Cómo se conocen las parejas? En 1930, a través de la familia y en 2024, por internet

Chico ya no conoce a chica en la cola del supermercado ni tomando algo con sus amigos en un bar ni porque un conocido en común les presente. En 2024, más del 60 % de las parejas han tenido un primer contacto a través de internet, mientras que hace 94 años, en el 40 % de los casos era en el colegio o a través de sus familias como eran introducidos el uno al otro.

Estas dos maneras de echar el ojo a alguien, la presencial y la digital, están separadas hoy por 46 puntos de diferencia. Desde el surgimiento de internet en los años 80 del siglo pasado, la cantidad de parejas que han comenzado una relación tras haber interactuado por primera vez en las redes sociales no ha parado de subir, hasta situarse en la forma más habitual para ello en el año 2012 (25,75 %).

Según los datos de la Universidad de Standford, el 13,86 % de las parejas han tenido primero una relación de amistad y el 8,48 % eran compañeros de trabajo. El ocio es todavía un espacio en el que muchas parejas coinciden por primera vez. Los bares y restaurantes han sido durante muchos años el punto de contacto entre hombres y mujeres, pero desde 1943 hasta 2012, los amigos han sido la vía más común para formar parejas; bien porque eran presentados por conocidos comunes o porque la amistad se volvía amor.

Mientras, en 1930 las relaciones comenzaban sobre todo gracias a la familia (22,76 %). Poco a poco la influencia del hogar en las parejas ha ido decayendo, aunque hasta 1944 se mantuvo en el primer puesto. En la actualidad, solo el 4,52 % de los novios se conocen a través de sus parientes. La iglesia era otro de esos lugares donde comenzaban relaciones amorosas. Más de un 10 % de las parejas de principios del siglo pasado se conocían en la parroquia o en misa, mientras que hoy no llega al 3 %.

Con el paso del tiempo, las aplicaciones de citas y las redes sociales se han terminado coronando como el medio en el que más parejas se forman, aunque también hay otras maneras. En el pasado, los vecinos o la universidad eran también una vía habitual para un posible amor, aunque junto con el colegio y la familia han ido perdiendo importancia.