Las familias numerosas piden que más políticas para favorecer la inserción laboral de las madres
El número de hijos tiene un efecto claro en la tasa de empleo femenino desde el primer hijo, pero es a partir del tercer hijo donde se produce un gran descenso
La Federación Española de Familias Numerosas (FEFN) ha pedido al Gobierno que refuerce las políticas orientadas a mejorar la inserción laboral de los padres y, sobre todo, madres de familia numerosa, y en concreto, que la próxima ley de familias incluya una línea de formación específica similar a la que se recoge para las monoparentales. El objetivo es reducir la brecha de género en el mercado laboral y la discriminación que sufren las mujeres por razón de hijos y que afecta especialmente a las madres de familia numerosa.
El número de hijos tiene un efecto claro en la tasa de empleo femenino desde el primer hijo, pero es a partir del tercer hijo donde se produce un gran descenso. Según datos del INE de 2023, la tasa de empleo en mujeres sin hijos menores de 12 años fue de 77,9 %, de 74,3 % en mujeres con 1 hijo y del 70,4 % con 2 hijos. Cuando se trata de mujeres con 3 o más hijos, la tasa de empleo femenino cae hasta el 52,2 %, según los mismos datos.
La FEFN ha abordado esta cuestión en un estudio realizado por la Universidad de Vigo y con apoyo del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, que analiza medidas para mejorar el acceso de los padres y, en especial, las madres de familia numerosa al mercado laboral.
El estudio pone el foco en éstas últimas, que son las que tienen mayores dificultades, ya que «suelen dedicar –por causas diversas– un mayor tiempo al cuidado de los hijos, lo que supone una merma de sus expectativas laborales. Tienen más dificultades para incorporarse, permanecer y retornar al mercado laboral tras cierto periodo de inactividad derivado de la maternidad», señala el informe.
Hombres frente a mujeres
Según el estudio, «los hombres con hijos tienen una menor probabilidad de no tener trabajo que las mujeres que se encuentran en la misma situación» y, es más, las posibilidades de estar en paro cuando se trata de hombres son menores cuando se tienen hijos que cuando no se tienen. «La tasa de paro de las mujeres con al menos un niño de 0-14 años ronda algo más del 15 % en España, si no son madres cerca del 14 %, mientras que la tasa de paro de los hombres que son padres, con al menos un niño de 0-14 años, fue del 8 % y para los hombres sin hijos, alrededor del 12 %», señala el estudio.
Esta realidad favorable a los padres frente a las madres ocurre en todos los países de la OCDE, según el estudio, y es muy diferente a la que afecta a las madres, que dedican más tiempo a los cuidados familiares, presentan menores tasas de actividad y ocupación y tienen menores posibilidades de promoción laboral. Por ello, las familias numerosas piden que se refuercen las políticas de apoyo en materia de empleo y que las madres de familia numerosa sean consideradas colectivo prioritario a la hora de diseñar planes de formación. La federación demanda que se consideren así en la ley de familias, en el capítulo de la protección en materia de empleo, igual que se contemplan programas formativos de competencias básicas y de reciclaje profesional y programas personalizados de inserción sociolaboral para familias monoparentales.
Una propuesta combinada
La investigación de la Universidad de Vigo, dirigida por Alberto Vaquero, profesor titular de Economía Aplicada y miembro permanente del centro interuniversitario ECOBAS y del grupo de investigación GEN, analiza varias medidas para eliminar la brecha de género en el mercado laboral, destacando la necesidad de establecer políticas combinadas de incentivos y formación, esta última orientada en parte a lograr al retorno al empleo. Ambas líneas de actuación son analizadas desde el punto de vista económico y también jurídico, para ver sus efectos, su viabilidad y encaje normativo.
Los autores del informe, Emma Rodríguez del área de Derecho del Trabajo y Alberto Vaquero del área de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo, destacan la conveniencia de combinar incentivos a la contratación con la formación, bien mediante una bonificación íntegra de la cotización que realiza el empleador a la seguridad social para este capítulo, como con programas específicos de formación para desempleados, pero siempre conjugando ayudas y formación, ya que optar solo por lo primero tiene un menor efecto para el empleado y a más a corto plazo. «Los incentivos serían como dar un pez, lo que permitiría comer hoy, y nosotros, en este estudio, hacemos una propuesta que podría equipararse a lo que sería enseñar a pescar, para poder comer todos los días», afirma en este sentido Alberto Vaquero, quien considera que «las ayudas no garantizan la continuidad del empleo una vez finalizada la misma y, como muestran varios estudios económicos, muchos contratos se realizarían sin tener que contar con una ayuda». Frente a ello, «la formación, con el mismo o menor coste para las arcas públicas, supone dar al beneficiario herramientas y, por tanto, más posibilidades para su proyección laboral, ya que mejora el capital humano, que es el activo más valioso. Además, desde el punto de vista empresarial, una persona con mayor formación será más productiva, por lo que la formación beneficia también a las empresas, mejorando su competitividad. Una estrategia en la que todos ganan», destaca Vaquero.