Entrevista con la doctora Gema Rojo, experta del Instituto CEU de Estudios de la Familia
«En las personas mayores, el apoyo de la familia afecta incluso a la eficacia de los tratamientos»
«Mantener las tradiciones familiares favorece el estado emocional de las personas mayores» explica esta experta en envejecimiento del Instituto CEU de Estudios de la Familia
Las fiestas propias de la Navidad generan una mayor convivencia en el seno de las familias, y pueden ser ocasión, no sólo para la diversión entrañable, sino también para apreciar con más detalle las posibles necesidades o carencias que pueden padecer nuestros mayores.
Porque, como explica la doctora Gema Rojo, catedrática de Psicología y colaboradora del Instituto CEU de Estudios de la Familia, el envejecimiento puede conllevar cambios psicológicos importantes, como una merma de la autoestima, el miedo a la dependencia o ciertos deterioros cognitivos que, si prestamos la suficiente atención, pueden ser detectados en el contacto con los abuelos o con los padres ancianos que brindan estas fechas.
«Con apoyo, todo se sobrelleva mejor, y si es posible y necesaria una recuperación, también es más rápida», afirma Rojo, que es miembro de Buenavejez, el Equipo de Investigación del Envejecimiento de la facultad de Medicina del CEU, donde han creado un modelo de intervención para mejorar la calidad de vida de las personas mayores.
Entrevista Santiago García Jalón, rector de la Universidad Pontificia de Salamanca
«Una universidad católica debe brindar una sólida formación en la fe y fomentar un compromiso cristiano firme»
–¿Cuáles son los principales cambios psicológicos que experimentan las personas mayores, y cómo pueden sus familiares apoyarlos en esta etapa?
–A nivel psicológico, los cambios relacionados con el envejecimiento, además de las alteraciones de memoria, se asocian sobre todo a la atención y al procesamiento de información. Por eso la familia, en el caso de personas mayores, es un apoyo fundamental. Y no solo para la prevención, sino que con su apoyo pueden favorecer el envejecimiento activo de la persona mayor, y también en la propia intervención cuando ya hay un daño.
–¿Así que el papel de la familia afecta incluso a los tratamientos clínicos?
–Sí, porque el apoyo de la familia ayuda en el trabajo que los diferentes profesionales hacemos con los mayores. Lo importante es que todos remen en la misma dirección. Con apoyo, todo se sobrelleva mejor y la recuperación, cuando es posible, también es más rápida.
–¿Es posible para las familias, y para las propias personas mayores, distinguir entre los síntomas de un deterioro cognitivo normal, fruto de la edad, y otros problemas de salud mental?
–En general, si se produce un cambio brusco en la personalidad de la persona mayor, es decir, ese «ya no es el mismo que era», es muy conveniente acudir a un profesional. No obstante, por ejemplo, en el caso de deterioro cognitivo hay una serie de señales de alerta.
Entrevista investigadora Instituto CEU de Estudios de la Familia
Lucía Vallejo: «Los padres no deben aplicar ideas de la empresa en casa: educar no es optimizar recursos ni talentos»
–¿Y cuáles son esas señales que deberían alertar a las familias para buscar ayuda médica?
–Primero, quejas de problemas de memoria. Por ejemplo, si realiza de forma repetida la misma pregunta. También si presenta alteraciones de orientación a nivel temporal, espacial o personal. Esto hace que se pueda perder en lugares conocidos y familiares para ella. Luego, si tiene dificultades para seguir las instrucciones que se le indican para realizar una tarea. Y también si presenta cambios bruscos de humor y carácter.
–Ahora que en las reuniones de Navidad muchos abuelos o padres mayores no pueden (o no se les permite) hacer las mismas tareas de las que se ocupaban hace años, es común que muchos se frustren. ¿Cómo les afecta, tanto en el plano físico como en el psicológico y emocional, el sentimiento de ser una «carga»?
–La preocupación más grande de las personas mayores es depender de los demás y por eso, puede tener consecuencias muy negativas a todos los niveles. Pero es que la sensación de ser una carga también viene derivada de la imagen que tiene la sociedad de los mayores, que pueden ser percibidos de ese modo, y eso tiene implicaciones serias.
–¿Las tradiciones y costumbres familiares y religiosas pueden contribuir a mejorar el bienestar emocional de los mayores?
–Sin duda, porque en las personas mayores aparece el fenómeno de la gerotrascendencia, que implica querer dejar un legado en las generaciones futuras. Y esas tradiciones y costumbres familiares son fundamentales para lograrlo, así que cuando están presentes, favorecen su estado emocional.