Los efectos beneficiosos de las cenas de Navidad con los compañeros de trabajo
Lo mejor es que la cena o comida en esta fiesta, se alinee con el verdadero sentido de la Navidad, explica la Secretaria Académica del Instituto CEU de Estudios de la Familia
Son algo casi tan típico de la Navidad como el soniquete de los niños de San Ildefonso, los alumbrados callejeros o el chocolate con churros para cerrar un cotillón. Dan pie a anécdotas que pueden ser comentadas durante semanas y en ocasiones desvelan facetas ocultas de esos jefes o compañeros discretos que, por ejemplo, resultan ser los reyes en la pista de baile. Hablamos, cómo no, de las cenas y comidas de empresa típicas de la Navidad.
En España, según un estudio elaborado por The Fork Iberica -una aplicación para reservas de restaurantes-, este año el 64 % de los trabajadores españoles tiene previsto asistir a una de estas citas, que están a medio camino entre lo laboral y lo personal.
De hecho, el número de reservas en locales de restauración por este motivo ha experimentado cifras de récord en 2024: solo en el fin de semana del 13 al 15 de diciembre las reservas para comidas o cenas con los compañeros de trabajo superaron el 60 % del total, o lo que es lo mismo, el doble que el año pasado en las mismas fechas. Además, son muchos los hosteleros que apuntan hacia una inercia a prolongar el lapso de tiempo en que se desarrollan estos encuentros: mientras las primeras se han adelantado a noviembre, las últimas llegan hasta bien entrado enero.
Beneficios para todos
Pero más allá de la tradición, ¿qué sentido tienen este tipo de encuentros? Como explica Carmen Sánchez Maillo, secretaria académica del Instituto CEU de Estudio de la Familia y profesora de Teoría del Derecho, «las cenas de empresa fomentan un trato más personal, fuera del ámbito profesional que cada uno tenemos en nuestro lugar de trabajo. Por eso, el buen trato en lo personal, la cordialidad, e incluso si se logra una cierta amistad, suponen un beneficio tanto para el trabajador como para la empresa y para el trabajo mismo, pues el hecho de que la relación personal entre miembros de un equipo sea cordial, agradable y satisfactoria, reporta beneficios no solo a nivel individual sino también laboral».
Sánchez Maillo explica que, «como seres sociales que somos, las personas tenemos una necesidad de dar y recibir afecto, generar amistad y crear comunidades. Por supuesto, el primer ámbito de desarrollo de la sociabilidad es el ámbito familiar, pero la persona sale de la familia y se encuentra con distintos ámbitos, como el profesional, en los que la persona se enriquece, crece y se pueden producir nuevas amistades. Todo ello es bueno para la persona, y está más que probado que cuando la persona está bien, redunda en beneficios para todos los ámbitos de sociabilidad en los que se mueve».
Bueno incluso para los reticentes
El estudio de The Fork apunta también que un 12 % de los trabajadores acuden a este tipo de citas a desgana, por considerarlas «un compromiso laboral» más que un momento lúdico.
Pero incluso en estos casos, apunta Sánchez Maíllo, celebrar la cena o comida de empresa puede ser algo positivo, tanto de forma directa como indirecta: «Si vemos la situación desde el lado contrario, una relación personal tensa, inadecuada y en la que no se está a gusto, incide inevitablemente en el trabajo. Y es normal, porque dedicamos gran parte de nuestras horas del día y de nuestro esfuerzo vital al trabajo, que incluso puede ser vivido como una vocación personal en la que se cumple una misión social. Así que si la cena o comida de empresa contribuye a mejorar el ámbito profesional, de forma directa o indirecta tendrá sin duda beneficios para el trabajador y para la empresa, porque beneficiará al ser humano».
Aprovechar bien la cena de Navidad
Para que este tipo de encuentros no se conviertan en un foco de tensión, en una presión profesional extra, o incluso en ocasión de momentos vergonzantes que afecten negativamente al día a día, Sánchez Maíllo apunta varias pistas.
«Incluso para las personas que no se encuentren especialmente cómodas en el ámbito profesional -indica la secretaria académica del Instituto CEU de Estudios de la Familia-, o para aquellas que vivan estas comidas o cenas como un puro compromiso que les provoque tensión, lo recomendable es que tanto los directivos como los trabajadores asumamos estas citas con la mayor naturalidad posible y tratemos de vivirlas como un momento de encuentro personal». Y apunta varios consejos: «Es bueno que tratemos de conocer a la persona fuera del ámbito laboral, interesándonos discretamente por cuestiones personales o familiares, y aprovechando para limar asperezas y conocerse mejor en lo personal».
Mejor si está alineada con la Navidad
Algo, por cierto, en lo que también puede ayudar la propia empresa, «que debería propiciar este tipo de encuentros personales, pero mejorar la relación personal de quienes trabajan juntos, pero conociendo también más profundamente las dinámicas de los equipos de trabajo para evitar tensiones», explica esta doctora en Derecho. En resumen, como explica Carmen Sánchez Maíllo, lo mejor es que la cena o comida de empresa en Navidad… se alinee con el verdadero sentido de la Navidad.