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Una persona toma una foto de su familia para las redes sociales

Una persona toma una foto de su familia para las redes socialesPexels

Los riesgos del 'sharenting', la tendencia de exponer a los hijos en redes sociales

El 89 % de las familias publican «contenido sensible» sobre sus hijos «al menos una vez al mes»

Los recuerdos familiares ya no se recolectan en forma de fotografías en un álbum, sino en un carrusel de imágenes en un perfil de Instagram. Según un estudio de la Universidad del País Vasco, uno de cada cinco niños dice que sus padres han compartido información sobre ellos internet, fenómeno conocido como sharenting. Por otro lado, más alarmante resulta que el 89 % de las familias publican «contenido sensible» sobre sus hijos «al menos una vez al mes», indica otro de los datos de este informe del grupo de investigación EU Kids Online.

Esta exposición continua del menor a «imágenes de sí mismo a menudo seleccionadas y retocadas por sus padres puede tener efectos perjudiciales en su autoestima e imagen corporal y generar dinámicas entre padres e hijos que afecten a su salud mental», sugiere la literatura científica y el doctor Luis Rojo Bofill recuerda en una carta que acaba de publicar en la revista científica The European Journal of Psychiatry.

Así, la publicación habitual de información sobre los menores por parte de sus progenitores «puede tener consecuencias potencialmente perjudiciales para la salud mental de los niños y adolescentes expuestos». En ocasiones, prosigue el especialista, la «sobreexposición» de los hijos «se hace para atesorar recuerdos o compartir experiencias cotidianas, consejos de crianza o logros de los niños» pero «también se están difundiendo datos altamente sensibles de los menores que van a marcar su huella digital».

Un fenómeno de «inciertas» consecuencias

Otras veces, añade el psiquiatra, «los propios familiares registran situaciones humorísticas o escenas vergonzantes con un propósito recreativo, pero esos contenidos son más fácilmente viralizables y el éxito anima a los padres a grabar más bromas», advierte.

La búsqueda frecuente de momentos para inmortalizarlos y compartirlos, o incluso buscando un lucro económico o mayor influencia en redes sociales, «puede llegar a convertirse en un factor estresante y deteriorar o tensar la relación entre padres e hijos», indica el profesor Rojo Bofill. Además, avisa, ese material «puede ser usado por terceros con fines de humillación o acoso cibernético», entre otros.

Las consecuencias a largo plazo de estas prácticas son todavía «inciertas», pero, en cualquier caso, el profesor Rojo Bofill considera que «su probable asociación con la futura aparición de síntomas de salud mental hace imperativo que los profesionales de salud mental comprendan, exploren y ayuden a sensibilizar sobre ellas».

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