Hollywood
Sandra Bullock se prepara para ser la madre de la futura presidenta de Estados Unidos
La actriz asegura que su hija acabará viviendo en la Casa Blanca
Es conocido el humor de la actriz Sandra Bullock (57 años), una de las mejores intérpretes de comedia americana de los últimos tiempos. Pero cuando se pone seria impone, como pasó en la película dramática The Blind Side, con la que ganó el premio Oscar, el primero de una extensa carrera. Desconocemos si su última entrevista en el programa People The Tv Show, presentado por Jeremy Parsons iba en serio o no, pero lo que está claro es que ha dejado sin palabras a más de uno. Sus declaraciones sobre el futuro de su hija no han pasado desapercibidas y es que asegura que su pequeña será la futura presidenta de Gobierno.
«Estoy convencida de que va a ser presidenta de los Estados Unidos y yo me estoy preparando para decorar la Casa Blanca», confirmaba en una entrevista. La actriz vive muy intensamente la maternidad, es madre de dos hijos adoptados, Louis de 11 años y Laila de cinco. Sin embargo, la protagonista de Mis Agente Especial no le gusta que le reconozcan como una madre adoptiva. «Vamos a referirnos a estos niños como ‘nuestros niños’. No como ‘mi hijo adoptado’. Nadie dice que su hijo está fecundado in vitro. Digamos, nuestros hijos y ya».
Su carrera de actriz le ha dejado poco tiempo para su vida personal hasta que decidió hacer un alto en el camino y enfocarse en su vida fuera de los focos, aunque su trabajo nunca ha dejado de existir y elige con sumo cuidado cada personaje en el que participa. «Ahora soy madre primero y luego actriz. Cuando me voy, me echan de menos, aunque cuando estoy en casa, les molesto. Pero así es con todas las madres. Adoro a mis hijos. Cada día me sorprenden más y me siento muy orgullosa de ver cómo están creciendo», ha relatado la intérprete.
El último de sus proyectos le ha marcado tanto que se ha tatuado un alambre de púas con una mariposa dentro en honor a su personaje. En el film Imperdonable interpreta a una exconvicta que intenta reconstruir su vida después de cumplir condena en la cárcel por cometer un delito violento.
«Me reuní con muchas mujeres encarceladas para entender lo que sufrieron en sus vidas y acabar de esa manera. Me he hecho un tatuaje en honor a una de ellas porque su experiencia me ayudó a conocer a mi hija. Ella también pasó por el sistema de cuidado estatal y sufrió un tipo de abuso similar en una casa de acogida. Fui allí para conocer su historia y me fui de allí siendo mejor madre por el regalo que me dio», relata sobre su experiencia en la maternidad.
Sus hijos la ven como una madre normal, explica cuando le preguntan si sus hijos son conscientes de la estrella de cine que es. «Anoche llegué a casa con donuts y fui la mejor madre del mundo», añadió. Su vida ha cambiado 180 desde que se convirtió en madre, sus prioridades y estilo de vida no son las mismas, aunque confiesa que tampoco lo echa de menos. «Cuando miro atrás, no reconozco a la persona que era antes de tener a mis hijos» finalizó.