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El actor José SacristánEFE

Gente

José Sacristán insulta a los antivacunas

El actor no dudó en arremeter contra aquellos que ponen en peligro a la población

José Sacristán (84 años) siempre ha sido un actor sin pelos en la lengua que ha hablado abiertamente de sus opiniones políticas. Son muchos los periodistas que cuentan con él en sus tertuliar para opinar sobre temas de actualidad. El intérprete, que recientemente hemos conocido que recibirá el Goya de Honor por toda su carrera, visitó el pasado domingo el programa de La Roca en la Sexta para hablar de sus proyectos profesionales y de paso desahogarse sobre aquellos que no quieren vacunarse.

«No me cabe en la cabeza estos estúpidos, estos necios que asesinan, que matan, que no se quieren vacunar, que la gente está muriendo», arremetió durante su intervención. Respecto a los costes que suponen los ingresos hospitalarios, el protagonista de películas como La Vaquilla considera que aquellas personas que no han querido vacunarse y posteriormente enferman, deberían pagar ellos los gastos de la hospitalización. «Usted no quiere vacunarse, usted no quiere prevenir, usted no tiene derecho a meter en un ataúd a un semejante, y, por lo tanto, aunque sea solo eso, pague usted la posibilidad de ser curado, por imbécil», explicó.

Siempre muy sincero en sus declaraciones a la prensa, es una de las ocasiones que más enfadado se le ha visto, incluso insultando aquellos que no piensan como él, un gesto al que no nos tiene acostumbrados. Su genio se debe a la situación que estamos viviendo con la pandemia y el peligro que supone la falta de prudencia. Con todo lo sucedido, Sacristán ha pedido responsabilidad social por el bien de todos.

«Mientras no exista un mínimo de justicia vamos a seguir siendo amenazados. El bicho se reproduce donde no hay dinero para poder atacarle. Es algo que quizás nos haga reflexionar, pero tengo serias dudas. Pertenezco a una especie con unos ejemplares que me cuesta reconocerme en ellos. Pero esto viene a poner en evidencia que hay una injusticia tan brutal, tan extrema, que acaba volviéndose contra nuestros propios intereses», finalizó.