El exnovio de Isabel Díaz Ayuso: de peluquero a empresario tecnológico

Jairo Alonso se convirtió en el centro de todas las miradas cuando en 2016 salió a la luz su relación con Isabel Díaz Ayuso. La política acababa de divorciarse tras cuatro años de matrimonio –se desconoce quién fue su marido y por qué se separaron– y se ilusionaba de nuevo tras un reencuentro fortuito en Sotillo de la Adrada (Ávila), el pueblo natal de Ayuso. Grandes amigos desde hace años, la chispa surgió en ese momento y el estilista y peluquero se sentía orgulloso de todo lo que había conseguido su pareja.

Llegaron a estar prometidos, pero el amor se les acabó en 2019 si bien durante el tiempo que estuvieron juntos Alonso ayudó a crear la imagen que hoy tenemos de la popular política madrileña. Por eso, quizás, ha llamado más la atención su cambio de rumbo profesional. Tal y como ha adelantado El Plural, Jairo fichó el pasado mes de noviembre por Asseco, una empresa de servicios tecnológicos con contratos que superan el medio millón de euros con la Comunidad de Madrid.

Era él mismo el que confirmaba la noticia a través de su perfil de LinkedIn, donde se puede leer que ostenta el cargo de Chief Operations Officer & Bussiness Development Manager, es decir, jefe de operaciones y mánager de desarrollo de negocio. Un cambio radical con el que vuelve al mundo laboral tras haber cerrado en 2019 la cadena de peluquerías Azul de rizos, que puso en marcha junto a su hermano.

Entre un trabajo y otro, también probó suerte con J. Alonso Networking al mismo tiempo que trabajaba como experto en marketing en la constructora navarra VDR, que dejó para comenzar su tarea en Asseco. Su presidente, José Carlos Pinilla, ha asegurado que «es una persona que ha estado llevando operaciones y tiene muchos contactos. Quería cambiar su zona empresarial y es un tío con ganas», concluye.

Además, apunta a que sus contactos «en los fondos de inversión e inmobiliario» son muy valiosos para la nueva etapa de la empresa, que pasa por construir «una ciudad tecnológica» en un sexto rascacielos en La Castellana que quieren llamar la Torre Asseco.