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Iñaki Urdangarin y la Infanta Cristina, en 2013, cuando acudieron como invitados a una bodaGTRES

Iñaki y Cristina: del flechazo en Barcelona al desamor de una playa de Bidart

Cronología de la historia de amor que pende de un hilo tras conocerse que el cuñado del Rey Felipe VI ha iniciado un romance con otra mujer

Las imágenes de Iñaki Urdangarin con otra mujer han puesto en el punto de mira su relación con la Infanta Cristina. Han sido varias las veces que se ha relacionado al exduque de Palma con la infidelidad, pero nunca el asunto había estado tan claro como hasta ahora. Las fotografías publicadas por Lecturas el pasado miércoles abrieron paso a los rumores y especulaciones sobre un triángulo amoroso cuyo final parece estar cerca. Las instantáneas mostraban al exjugador de balonmano disfrutando de un romántico paseo por una de las playas más tranquilas y recónditas de Bidart junto a una mujer rubia llamada Ainhoa Armentia, a la que conoció en el despacho de abogados Imaz&Asociados, en el que ambos trabajan.

Pablo Urdangarin fue el primero en reaccionar a la polémica que, una vez más, volvía a acompañar a su progenitor. «Son cosas que pasan, lo hablaremos entre nosotros. Estamos bien, estamos tranquilos y nos vamos a querer igual», aseguró el joven de manera convincente.

No fue hasta la mañana del día siguiente cuando se pudo ver a Iñaki por primera vez tras el estallido de un nuevo escándalo que, en esta ocasión, pone patas arriba su relación con la Infanta Cristina. Comedido, cauto y sereno, el exdeportista tomó ejemplo de su hijo y pronunció unas palabras similares que para muchos supusieron la confirmación de su nueva relación. «Las cosas pasan. Es una dificultad que gestionaremos con la máxima tranquilidad y juntos, como siempre hemos hecho» reconoció.

Iñaki Urdangarin, ante los medios de comunicación, tras aparecer unas imágenes suyas con una mujer que no es la InfantaGTRES

Minutos más tarde la prensa se topaba con Armentia, que quiso recurrir a su lado más discreto y silencioso, así como dar callada por respuesta al aluvión de preguntas formuladas por la prensa.

Una vez finalizada la jornada laboral, la pareja de moda abandonó el despacho. Lo hicieron por separado y absolutamente blindados. Pero este martes parecen haber cambiado las tornas. Ha sido Urdangarin quien ha preferido guardar silencio, mientras que la mujer anónima que ha pasado en cuestión de horas a formar parte de la actualidad mediática se armaba de valor para responder a los reporteros: «No tengo nada que decir».

Todo esto en un día en el que también varios medios se han hecho eco de que la pareja ya había sido fotografiada el pasado mes de noviembre durante una comida que compartieron en un restaurante de Biarritz, tan solo un mes antes de que el exdeportista disfrutase de las navidades en Vitoria junto a su todavía esposa, y de que Urdangarin había informado a la Infanta Cristina de la existencia de esta chica en septiembre. Indicios que, en caso de ser verdad, demuestran que el punto de partida de la relación sentimental del cuñado del rey Felipe VI y la analista se remonta, como mínimo, a finales del año pasado.

En Ginebra, ni rastro de la Infanta. Allí, pese a la presencia de la prensa, parece haber encontrado su mejor refugio para pasar desapercibida y no formar parte de un revuelo mediático que, al parecer, ha despertado el enfado de la Familia Real.

Mentiras y deslealtades 

Una historia de traición, infidelidades y desamor que ha caído por sorpresa entre los medios de comunicación y que ha provocado el resurgir de los interrogantes sobre las mentiras y deslealtades que han acompañado al guipuzcoano durante los últimos años, dejando a su esposa como una víctima y lo peor, como una mujer consentidora.

El matrimonio se conoció en Barcelona. El inicio de su historia de amor se remonta a los años 90 y, más concretamente, al momento en el que Iñaki celebró en El Pou, un restaurante que compartía con otros socios, una fiesta para celebrar las medallas ganadas por sus compañeros deportistas en los Juegos Olímpicos de Atlanta. Allí, el entonces deportista y la infanta, que ya se conocían de vista, entablaron una conversación que, además de la curiosidad, despertó la pasión y sus ganas de seguir conociéndose.

Varias citas se sucedieron desde entonces hasta que decidieron apostar por su amor y empezar una relación formal con la que Urdangarin vio cómo un brillante futuro se iba abriendo paso. Pero nada más lejos de la realidad. De este modo, el de Zumárraga decidió romper con su anterior pareja y presentarse como la pareja oficial de Cristina de Borbón.

Ya no había vuelta atrás, se había convertido en el próximo integrante de la Familia Real, aunque cabe destacar que su entrada en la familia fue cuando menos sencilla. Acabó consiguiendo la aprobación de SS.MM. los Reyes, un paso importante que le llevó a pedirle matrimonio a la que entonces parecía considerar la mujer de su vida.

Boda de la Infanta Cristina con Urdangarin, el 4 de octubre de 1997©GTRESONLINE

Fue el 4 de octubre de 1997 cuando la pareja pasó por el altar. Lo hizo en Barcelona y ante una gran expectación. En los años posteriores fueron formando una amplia familia que se cerró cuando la menor de las hijas del Rey Juan Carlos y la Reina Sofía dio a luz a su cuarto hijo junto a Urdangarin. El primero fue Juan Valentín (22), el segundo Pablo Nicolás Sebastián (21), el tercero Miguel (19) y la cuarta Irene (16).

Pronto llegaron los problemas y no solo los que predominaron en su relación sentimental. El punto de inflexión y el momento en el que todo cambió se fija en la fecha en la que la pareja se compró el Palacete de Pedralbes. A partir de aquí Iñaki se convirtió en un reconocido empresario que de respetado pasó a ser muy criticado. Los trapicheos y las ilegalidades que cometió afectaron a una familia que, desde que fue juzgado y condenado a prisión, quedó absolutamente dividida.

Los rumores sobre los quebrantamientos económicos del exjugador de balonmano empezaron a aflorar. Decidieron trasladarse a Washington DC en un intento por desviar la atención del asunto, pero lo cierto es que la jugada no le salió mal, sino fatal.

Tras varios años de investigación, en 2011 Urdangarin vivió el peor momento de su vida, aquel en el que empezó a ver su decadencia y en el que se vio absolutamente acabado. Un juez le imputó por el afamado caso Nóos, un caso de corrupción política resuelto en 2018, donde además de revelarse las presuntas infidelidades cometidas por parte del exdeportista y de sentar en el banquillo a la hermana del actual Rey de España, que finalmente salió absuelta, se condenó a Iñaki Urdangarin a 5 años y 10 meses de cárcel.

La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, en diciembre de 2019GTRES

La Infanta puso tierra de por medio e inició una nueva vida junto a sus hijos en Ginebra, donde hacía años que se había instalado con su marido. Siempre se declaró defensora a ultranza de su esposo, le defendió contra viento y marea y le visitaba al menos dos veces al mes durante el tiempo que permaneció en prisión. A consecuencia de semejante escándalo, Casa Real les retiró el ducado de Palma y cuando Felipe VI subió al trono apartó a su hermana de la Familia Real.

Urdangarin consiguió el tercer grado en marzo del año pasado y, pese a que su mujer continuaba viviendo en la ciudad suiza, decidió mudarse a Vitoria, a la casa de su progenitora, Claire Liabaert. Los encuentros entre el matrimonio se producían, pero ya nada volvió a ser como antes. Ahora, parecen estar a un solo paso de comunicar su separación.