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La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, en una imagen de archivo de 2013GTRES

La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin: crónica de un divorcio anunciado

Este mediodía han decidido «de mutuo acuerdo interrumpir su relación matrimonial», como así se puede leer en el comunicado, tras la publicación de las imágenes del exdeportista con otra mujer

Es triste pensar que después de 24 años de matrimonio y un sinfín de tempestades, la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin hayan decidido «de mutuo acuerdo» interrumpir su relación a través de un comunicado remitido a los medios de comunicación. La hija de Don Juan Carlos y Doña Sofía se había mantenido al lado de su todavía marido incluso hasta cuando fue condenado a cinco años y diez meses de prisión por el caso Nóos. Le fue a visitar en cada permiso penitenciario sin plantearse en ningún momento abandonarle. Ni siquiera cuando salieron a la luz durante el mediático juicio unos correos inapropiados y subidos de tono de su esposo hablando con otra mujer. 

Pero la publicación de las imágenes de Urdangarin la pasada semana en la revista 'Lecturas' paseando de la mano de su compañera de trabajo en el despacho de abogados Imaz&Asociados Ainhoa Armentia lo han cambiado todo. Si la intención del exduque de Palma era conseguir la separación, ya la tiene. No cabe en la cabeza que caminase cariñosamente con otra sin pensar en que no sería visto tratándose de quién es. Muy torpe tendría que ser de lo contrario. 

De ahí que a la Infanta Cristina, dada la magnitud del problema y la confirmación de una relación por parte de Urdangarin con ese «son cosas que pasan», no le quedase más remedio que romper con su matrimonio muy a su pesar. Ya corrieron rumores de separación cuando el por entonces duque de Palma fue acusado, juzgado y condenado por corrupción en el caso Nóos. Cuando toda la sociedad pedía el divorcio por el bien de la institución de la Casa Real, la Infanta decidió estar al lado de su marido y Urdangarin ha devuelto ese apoyo en forma de infidelidad. Ha sido el último golpe que ha soportado la hermana del Rey.

Doña Cristina sentía verdadera devoción por Iñaki Urdangarin desde que le conoció en el año 1996, durante la celebración de los Juegos Olímpicos de Atlanta. Quedó tan impresionada que preguntó quién era ese apuesto rubio de ojos azules y pidió su teléfono.

Mantuvieron un romance inicial en secreto, incluso los primeros meses se dice que hasta llegaron a esconderse en el maletero de sus coches para encontrarse en alguna de las casas de cada uno por temor a las reacciones sobre su noviazgo. No tardó en llegar el posado oficial. Como dos tortolitos en los jardines del Palacio de Zarzuela anunciaron su compromiso ante cierta sorpresa por la prontitud de la noticia.

Un «sí, quiero» ante 1.500 invitados

Fue el 4 de octubre de 1997 cuando la Ciudad Condal se engalanó para la esperadísima boda que reunió a representantes de cuarenta Casas Reales de todo el mundo. Ante la presencia de 1.500 invitados, la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, radiantes de felicidad, se dieron el «sí, quiero» en la catedral de Santa Eulalia de Barcelona. Con un vestido del diseñador Lorenzo Caprile, de corte clásico y cuello barco, y una cola de 3,25 metros, la hija de Don Juan Carlos llegaba al altar del brazo de su padre y con el himno nacional de fondo.

La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, el día de su boda, en 1997GTRES

Como marido y mujer se trasladaron al Palacio de Pedralbes, donde más de 300 camareros sirvieron el banquete nupcial consistente en quinoa real con verduritas y pasta fresca, lomo de lubina con suflé de langostinos y emulsión de aceite; y de postre, una tarta de fresas. 

Dos años después del enlace, el 29 de septiembre de 1999, llegaba a sus vidas su primer hijo, Juan Valentín. Después nacerían Pablo Nicolás, Miguel e Irene. Los chicos viven cada uno en una ciudad europea mientras que la benjamina convive con su madre en Suiza, a la espera de que termine sus estudios en el prestigioso colegio L'Ecole Internacionale. Todos han decidido llevar una vida discreta y alejada de los medios, siendo el más mediático Pablo Nicolás. 

Ahora, como tantas veces han hecho antes, tendrán que hacer piña para superar la interrupción matrimonial de sus padres.