Neymar, 30 años de polémicas, fiestas y una curiosa obsesión con Batman
El jugador celebra este sábado su 30º cumpleaños convertido en una estrella con una expediente bastante cuestionable fuera del campo
Como sucede con otras profesiones en las que se empieza a corta edad, Neymar da Silva Santos Júnior parece que ha dado más vueltas al sol que otros de su generación. A sus 30 años, que celebra este sábado, el futbolista puede presumir de haberse convertido en uno de los grandes de la historia, siendo el tercer mejor pagado del mundo después de Messi y Cristiano Ronaldo con unos ingresos en 2021 de cerca de 83 millones de euros, según Forbes. Pero en el terreno extradeportivo, su expediente no es precisamente inmaculado. Copa casi más titulares por sus líos que por su indudable talento en el campo. Aunque la cosa se quedó en nada, la imagen del irreverente Neymar está manchada con dos graves acusaciones de agresión sexual y violación. Mientras que la primera no llegó a materializarse en una denuncia formal, la segunda fue archivada por falta de pruebas. «No digo que esté feliz, pero sí aliviado. Me queda una cicatriz para recordarme que el ser humano es capaz de hacer cosas buenas pero también cosas malas», escribió después de conocer la decisión de la jueza. Aún así no salió impune del suceso. El gigante estadounidense Nike cortó lazos con él en 2020 después de que se negase a «cooperar en una investigación de buena fe sobre las acusaciones creíbles de actos indebidos que partieron de una empleada», como así explicó la compañía en un comunicado. Patrocinaba al delantero desde que tenía 13 años.
No le han faltado líos económicos tampoco. Fue condenado en 2016 a pagar 45 millones de euros por evasión y fraude fiscal en Brasil mientras que en España se vio envuelto en un proceso de corrupción entre particulares y estafa relacionados con su fichaje por el Barcelona. Por si fuera poco, en 2020 se convirtió en la persona física que más debía a Hacienda con una deuda ya abonada de 34,6 millones de euros.
Líos de faldas
Aunque parece haber sentado cabeza con la bellísima modelo e influencer brasileña Bruna Biancardi, los líos de faldas persiguen a Neymar Jr.. Por destacar algún episodio, la relación que mantuvo con Natalia Barulych y que motivó que dejase a Maluma, con el que no se lleva especialmente bien que se diga desde el incidente. El cantante lo dejó todo reflejado en su canción Hawái. Un triángulo amoroso que se repitió recientemente cuando el futbolista intentó ligarse a la influencer de moda en Italia Chiara Nasti, pero le dio calabazas por estar saliendo con el también futbolista Nicolò Zaniolo.
Son famosas (y polémicas) también sus fiestas. La más sonada, la que celebró en plena pandemia en su mansión de Mangaratiba en Río de Janeiro para despedir 2020. Varias fuentes informaron entonces que cerca de 500 personas se reunieron durante varios días en una especie de discoteca subterránea para no llamar la atención. Su entorno defendió que solo fueron 150 y que en todo momento se cumplieron las debidas medidas de seguridad impuestas por la covid. Le llovieron las críticas, incluso por parte de los medios brasileños. Seguramente ya tenga organizado el fiestón que dará por su 30º cumpleaños, aunque por el momento le baste con dejar atrás su lesión y volver al campo para enfrentarse al Real Madrid el próximo 15 de febrero.
Batman, el héroe de Neymar
A la espera de que llegue su fiestón, ya ha empezado a recibir regalos. El primero uno muy especial. Mientras muchos niños, y no tan niños, sueñan con convertirse en Neymar, su héroe es Batman. Warner Bros Pictures bien lo sabe y ha aprovechado esto a su favor para promocionar la nueva película que se estrena en un mes, protagonizada por Robert Pattinson, al enviarle al jugador por su cumpleaños la máscara del héroe junto a un vídeo del actor felicitándole. Llega a tal su locura por él que incluso se compró en 2019 un helicóptero por 13 millones de euros que personalizó con el logotipo del emblemático personaje de ficción.
Solo es uno más de los muchos caprichos que se da. Amante de los relojes y coches de alta gama, la moda y de cualquier cosa que sea sinónimo de lujo, o de vulgar y excéntrico, según la óptica desde la que se mire. Puede permitírselo, al igual que su afición por comprar verdaderas mansiones, como la que ha bautizado como «la casa de sus sueños». Con una superficie de 10.000 metros cuadrados, la vivienda situada en Mangaratiba, un municipio cercano a Río de Janeiro, cuenta con su propio helipuerto y muelle privado. Pagó ocho millones de euros por ella en 2016.