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Las tragedias que se esconden tras la sonrisa de John Travolta
En su cumpleaños, recordamos sus grandes pérdidas: su hijo Jett y sus dos mujeres, ambas fallecidas por cáncer de mama
El nombre de John Travolta está, de forma indiscutible, unido a otros dos: Tonny Manero y Danny Zucko. Fueron sus interpretaciones las que le valieron ser uno de los galanes del cine de finales de los setenta tras enamorar con sus pasos de baile a ritmo de los Bee Gees a las jóvenes de la época. Sus ojos azules, su media sonrisa y ese hoyuelo inconfundible conquistaron, pero antes de eso ya había sido uno de los compañeros de clase de Carrie en la adaptación del libro de Stephen King y se había convertido en actor de telefilmes con El chico de la burbuja de plástico, en la que interpreta a un joven con una enfermedad autoinmune que le obliga a vivir aislado del mundo.
En el rodaje de la película conoció a Diana Hyland, de quién se enamoró. La relación fue criticada por su diferencia de edad. Él, tenía 22, y ella acababa de cumplir los 40. Sin embargo, a la pareja no le importó el qué dirán y apostó por su relación sin saber que no pasaría de las navidades de ese mismo año. Y no porque decidieran tomar rumbos separados, sino porque a Diana fue diagnosticada con cáncer de mama. A pesar de someterse a una mastectomía, la enfermedad ya había avanzado demasiado y solo unos meses después falleció. «Le hice disfrutar en los últimos meses de su vida y sigo sintiendo que está conmigo».
Poco después le llegaron sus papeles en Grease y Fiebre de sábado noche y el actor se convirtió en uno de los intérpretes más jóvenes nominados al Oscar, aunque sus decisiones a partir de entonces no brillaran por su éxito. Encadenó varios papeles que fueron calificados de simplones por la crítica, pero conoció al que fue, en palabras del intérprete, el gran amor de su vida, Kelly Preston. Fue en otro rodaje, en este caso, en el de Los expertos, una comedia sobre dos norteamericanos que eran secuestrados por la KGB. «Fue amor a primera vista», explicó.
En ese momento, Preston estaba en un matrimonio «infeliz» con Kevin Cage y John Travolta le hizo creer de nuevo en el amor. Después de su divorcio, los enamorados gritaron su amor a los cuatro vientos, el intérprete le pidió matrimonio en la fiesta de Año Nuevo de 1991 y se fugaron a París, donde contrajeron nupcias el 5 de septiembre de ese mismo año en el Hotel Crillon.
Los actores construyeron una de las relaciones más sólidas y duraderas del plano hollywoodiense y, al mismo tiempo que construía una familia, consagró su carrera con el papel de Vincent Vega en Pulp Fiction. Tras él llegaron muchos otros protagonistas como Mira quién habla, Cara a cara o Cómo construir Hollywood. Sin embargo, esa buena racha de felicidad volvió a ser pasajera. Jett, el hijo mayor de los tres que tuvieron –los dos pequeños se llaman Ella y Benjamin–. Con tan solo dos años fue diagnosticado con el síndrome de Kawasaki, una enfermedad que le provoca convulsiones, epilepsia e inflamación en las arterias.
Aunque estaba controlado con medicación, fue en unas vacaciones en las Bahamas en su familia cuando el joven, de entonces 16 años, se desplomó golpeándose la cabeza y muriendo en el cuarto de baño del hotel. Intentaron reanimarlo, pero murió de camino al hospital. Tendrían que pasar diez años para que la muerte volviese a trastocar la vida de Travolta. Su mujer Kelly moría el 12 de julio de 2020 a los 57 años después de dos luchando contra un cáncer de mama.
La noticia la dio el propio Travolta en su cuenta de Instagram, en la que escribió un texto tan sencillo como desgarrador: «Con todo el dolor de mi corazón os informo que mi preciosa esposa Kelly ha perdido su batalla contra el cáncer de mama que libraba desde hace dos años. Luchó valientemente con el amor y el apoyo de muchos. Voy a tomarme algo de tiempo para estar con mis hijos que han perdido a su madre, por lo tanto, disculpadme por adelantado si no tenéis noticias más durante un tiempo. Con todo mi amor. JT».
Si las dos pérdidas afectaron a Travolta sobremanera –que se refugió en la cienciología para encontrar consuelo– su hija Ella no lo ha tenido tampoco fácil. Además de perder a su madre y su hermano, la joven ha crecido sufriendo bullying por sus supuestos problemas de peso, lo que le conllevó también a sufrir ansiedad. «Nunca he conocido nadie tan valiente, fuerte, hermosa y cariñosa como tú. Cualquiera que tenga la suerte de haberte conocido o haber estado contigo, estará de acuerdo en que tenías una luz propia que nunca dejará de brillar», explicó su padre en Instagram.
A pesar de los duros momentos, la familia ha sabido sobreponerse y celebrar también los éxitos que están consiguiendo. El último de ellos, que Ella, de 21 años, haya sido elegida para protagonizar la revisión del clásico Alicia en el país de las maravillas.