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Paola de Bélgica y Alberto IIGTRES

La Reina Paola de los belgas confiesa en televisión su infidelidad a Alberto II

En un documental relata los años desdichados que vivió y confiesa que estuvo a punto de separarse

Si a Paola Ruffo di Calabria, Reina consorte de los belgas, la hubieran avisado de los difíciles años que viviría tras su boda con Alberto II, hubiera hecho exactamente lo mismo. No fue comer perdices precisamente. Tenía solo 21 años cuando le conoció en la coronación del Papa Juan XXIII, en Roma, y ocho meses después se daba el «sí, quiero» con él en la catedral de San Miguel y Santa Gúdula de Bruselas, pese a las reservas que tenía de hacerlo tan pronto. «Le dejé claro que prefería tomármelo con calma y disponer de más tiempo», afirma en su documental titulado Paola junto al jardín (Paola, côté jardin), que fue emitido este fin de semana en la televisión pública.

Estaba perdidamente enamorada pero le hubiese gustado «viajar y ver un poco el mundo antes». Tuvo además que hacerse con un país que era muy diferente al suyo. Todo era extraño y más gris para la Reina, que eso sí, tuvo una gran acogida.

Cuatro años después de la boda ya era madre de tres hijos y era un personaje público, sin quererlo, sometida a una gran presión mediática. Llegó un momento que tuvo que echar el freno: «Buscaba mi propia vida cuando era ya un personaje público; hice enormes esfuerzos que nadie sabe». Reconoce en el documental que fue infeliz durante entre 1970 y 1980, años en los que estuvo a punto de separarse hasta en dos ocasiones.

Fue una época muy triste de su vida en la que le fue infiel a su marido. Fue pillada con el conde Albert Adrien de Munt, un periodista de la revista francesa Paris Match en una playa de Cerdeña. Aunque ahora le parece un error, no se arrepiente: «Fue un amor un poco egoísta. En otra vida no volvería a hacerlo, pero no hay que arrepentirse. No me siento culpable. Era una etapa triste de mi vida, y estábamos al borde de la separación».

La infidelidad llegó después de conocer que Alberto II tenía una relación extramatrimonial con Sybille de Selys Longchamps, fruto de la cual nació Delphine Boël.

Los papeles del divorcio estaban listos para ser firmados pero eso suponía que le quitarían la tutela de sus hijos. Ni Paola ni Alberto de los belgas estaban de acuerdo en eso, lo que al final les llevó a echarse para atrás. Poco a poco consiguieron reconducir su relación porque, tras todo eso, entre ellos sí había amor.