El inesperado y desconocido romance de Carme Chacón y José María Cano

Cuando están a punto de cumplirse cinco años del repentino fallecimiento a causa de una cardiopatía que hacía que su corazón latiese más lentamente de lo habitual, Carme Chacón vuelve a estar en el foco público debido a la biografía que le ha dedicado, «desde el cariño, el respeto y la cercanía» una de sus amigas personales, Joana Bonet.

Bajo el título Chacón. La mujer que pudo gobernar, la periodista desvela detalles más personales de su vida, incluyendo un desconocido y sorprendente romance entre la política y José María Cano. Era 2006 y Carme era diputada y vicepresidenta del Congreso de los Diputados. La política asistió a un encuentro organizado por el artista en su casa y el resultado fue «una velada que no termina hasta las diez de la mañana del día siguiente». Aunque, en esa ocasión, no estuvieron solos, ya que les acompañaron otros rostros conocidos como Teo Carralda, de Cómplices, y Teddy Bautista, de la Orquesta Mondragón.

«Enseguida hay conexión entre el músico y la política», comenta Bonet. Empezaron, entonces, una bonita relación de amistad que terminó en un romance con viaje a la India de por medio. «Un destino que ella quería visitar para ayudar y trabajar en los centros de Madre Teresa», explica su biógrafa. Fue el desencadenante de una relación protagonizada por llamadas larguísimas, viajes constantes y escapadas cortas los fines de semana para poder pasar tiempo los dos solos.

En aquel momento, Carme había decidido tomarse un tiempo de reflexión tras dejar en punto muerto su relación con Miguel Barroso. «Chacón necesitaba una puerta franca y la encontró en Cano», relata la periodista en la biografía. Aunque fue por poco tiempo, ya que «al cabo de unos meses, Miguel se dio cuenta de que no quería perderla». Eso confiesan, al menos, sus íntimos, que vieron como intentaba reconquistarla con éxito y casándose con ella poco después.

José María Cano se enteró por la prensa del enlace y de que estaban esperando un hijo juntos. Esto le llevó a cortar por completo el contacto con la política aunque el tiempo les permitió convertirse en grandes amigos.

Ahora disfruta de una discreta vida tras reinventarse en el mundo de las artes plásticas. Se ha convertido en un pintor de prestigio y ha llegado a exponer incluso en galerías y museos de Praga, Londres o Pekín. Incluso el Senado de Madrid cuenta con un mural suyo en una de sus salas. En Málaga, en 2010, la Fundación Picasso colgó sus obras sobre la tauromaquia junto a las de Goya y Picasso.

La pintura le sirvió de refugio después de que le diagnosticasen síndrome de Asperger a su hijo Daniel, que actualmente tiene 26 años. El diagnóstico supuso una bajada a los infiernos para el artista, que culminó con un tortuoso divorcio con su expareja, que llegó a interponer denuncias falsas contra él.

Después de conseguir anularla judicialmente, la vida sentimental de José María ha pasado por los brazos de Eva Zaldívar, Cristina Piaget, Marisa Jara o Carolina del Toro, su última pareja conocida y toda una eminencia en el mundo del Bikram Yoga.