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Fotograma de la película 'El último cuplé' (1957).

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Sara Montiel, la actriz española pionera en conquistar Hollywood

La gran diva del cine español e icono musical por su interpretación de Fumando espero habría festejado esta misma semana su 94 cumpleaños

Sara Montiel hubiese celebrado el pasado 10 de marzo su 94 cumpleaños y, teniendo en cuenta que por muchos años que pasen, ella siempre seguirá siendo la diva indiscutible del cine español, no es de extrañar que su nombre vuelva a copar los grandes titulares en una fecha tan señalada en la que muchos la recuerdan con sentidos homenajes.

La gran estrella del séptimo arte no recibió el título de la artista española más internacional así porque sí. Detrás de la imagen de una mujer tierna y vulnerable se escondía un empoderamiento arrollador y una garra y una fuerza abismal que le ayudaron a hacer realidad todos y cada uno de sus sueños. La actriz falleció el 8 de abril de 2013, a los 85 años de edad, dejando atrás un gran legado personal y profesional.

No le costó mucho convertirse en una gran estrella a nivel internacional, ya que todos y cada uno de sus proyectos, además de en España, también consiguieron causar sensación en otros países como México, incluso llevarla a Hollywood.

María Antonia Abad Fernández, comúnmente conocida como Sara Montiel, ostentó una vida tan polémica como envidiada que inició el 10 de marzo de 1928 en Campo de Criptana, Ciudad Real. Allí, pasó sus primeros cuatro años de vida, ya que pronto se mudó junto a sus padres a Orihuela, donde trató de recibir la formación característica de la época.

La actriz Sara Montiel y su marido Pepe Tous, en la década de 1980GTRES

Por aquel entonces era un personaje anónimo que para nada podía presagiar que su participación en la película El último cuplé le haría saborear el estrellato de inmediato, y menos aun teniendo en cuenta que ella misma confesó que debutó como actriz sin ni si quiera saber leer bien los guiones. Fue en esa película, considerada como una de las más taquilleras del cine español, donde se convirtió en una de las actrices mejores pagadas del mundo. Sin duda, este filme marcó un antes y un después en su trayectoria profesional, aunque la que la consagró y la hizo tener un respetado caché fuera del alcance de cualquiera fue La violetera, una segunda película en la que vio como su sueldo rozada cifras estratosféricas.

La fama ya había llamado a su puerta. No había vuelta atrás. Atrevida, decidida y muy adelantada a su tiempo, pronto hizo las maletas para poner rumbo a Hollywood. Se estrenó en la industria cinematográfica norteamericana con Verazcruz, película en la que coincidió con el mismísimo Gary Cooper. Fue tal la repercusión de la cinta y lo aplaudida que fue su participación, que pronto le llamaron para rodar Serenata, una película dirigida por Anthony Mann.

Durante estos años, Montiel tuvo oportunidad de ir conociendo más a fondo la industrial musical, algo que a ella siempre le había llamado mucho la atención y en lo que ya había tenido ocasión de debutar. Poco a poco fue sintiendo que lo que a ella realmente le hacía feliz era la música, por lo que hubo un momento en el que decidió aparcar su larga y victoriosa carrera interpretativa para hacer de su pasión su profesión.

Su distintivo estilo musical supuso el regreso del cuplé. La artista empezó a adueñarse de los boleros a través de canciones que han pasado a formar parte de la historia de la música como Contigo aprendí o Bésame mucho, aunque sin duda la canción en la que piensa todo el mundo cuando escucha hablar de la gran leyenda del cine español no es otra que Fumando espero, una canción que este 2022 está celebrando su centenario. Es un tango compuesto en 1922 por Juan Viladomat Masanas y Félix Garzó, e interpretado por artistas de renombre. Sin embargo, se le atribuyó a Sara Montiel cuando lo interpretó en la película que le lanzó al estrellato.

Su vida personal tampoco pasó inadvertida para los medios de comunicación. En Hollywood se codeó con grandes estrellas de la talla de James Dean, con quien se dice que mantuvo un breve idilio amoroso. Sin embargo, su primer amor, al menos conocido, fue Anthony Mann, el director de su segunda película norteamericana. Dicen que el roce hace el cariño, que una cosa llevó a la otra y que pronto convirtió al cineasta en su primer marido, aunque tiempo más tarde terminaron divorciándose. Más tarde se casó con José Vicente Ramírez Olalla, pero su historia no logró superar los dos meses.

Posado de Sara Montiel y Toni Hernández en 2002GTRES

Tiempo después en su camino se cruzó con el verdadero hombre de su vida, el empresario y periodista Pepe Tous. Diez años de noviazgo les fueron suficientes como para pasar por el altar y también para adoptar a los dos hijos de la icónica artista: Thais y Zeus, que, pese a la fama de su madre, ellos siempre han tratado de permanecer alejados de la vida pública, aunque lo cierto es que viven de todo su patrimonio.

Años más tarde Pepe falleció y lo que apuntaba maneras a convertirse en el acabose de Montiel, le devolvió su libertad sentimental. La artista superó su duelo, pero tan pronto como lo hizo se lanzó a volver a entonar el ‘sí quiero’, en esta ocasión, con un admirador procedente de Cuba llamado Toni Hernández. Era tan surrealista la relación, que desde el minuto uno se convirtió en la comidilla de los medios de comunicación. Al año siguiente decidieron separarse.

Primera actriz española en conseguir el éxito en Hollywood y pionera de una filosofía de vida adoptada, o como mínimo envidiada, por las que se han considerado sus dignas sucesoras. Pese a retratarse como una mujer muy enamoradiza, siempre ha sido reconocida como una de las artistas más queridas del panorama español. ¡Larga vida a la memoria de Sara Montiel!