Tiger Woods, un mito con una vida de escándalos

Hace ya mucho que Tiger Woods dejó atrás aquellos años en los que no le dejaban entrar en algunos campos de golf por su color de piel. Aunque no lo olvida, hoy, aun con esas dificultades, no solo es uno de los mejores de la historia, sino que acaba de ingresar en el Salón de la Fama. «Mi padre me enseñó que tenía que ser el doble de bueno para tener la mitad de una oportunidad», dijo este miércoles durante su emotivo discurso en la ceremonia celebrada en San Agustín (Florida). Maravilló al mundo con apenas dos años en una aparición estelar en el programa televisivo que tenía por aquel entonces Mike Douglas, en el que hizo un swing perfecto. Cuando muchos niños a esa edad no podrían ni sostener un palo, él ya apuntaba maneras.

No tardó en hacerse un nombre: con 21 años se convirtió en el número uno más joven del golf mundial y en 2002 en el deportista mejor pagado del planeta. Pero a medida que su fama crecía, se volvía cada vez más hermético con su vida. «La dinámica de la familia Woods convirtió a Tiger en el deportista más misterioso de su tiempo», escriben los escritores Jeff Benedict y Armen Keteyian en la biografía no oficial del golfista. En su opinión fueron sus padres, sobre todo Earl Woods, los que forjaron la leyenda pero también los que le inculcaron la obsesión insana de necesidad de victoria costase lo que costase. Esa mentalidad ganadora forjada rozando casi el maltrato. «Lo ideal es que los padres se esfuercen porque los niños sean populares por las razones correctas, hagan amigos, sean respetuosos. Pero Tiger recibió muy poco de todo eso», escriben.

2009, el año que lo cambió todo

En 2009 toda su vida se tambaleó. Pasó de ser un deportista con vida intachable que se rifaban todas las marcas a convertirse en el marido infiel. Tuvo un accidente de coche cerca de su residencia que le dejó inconsciente en el suelo, que ocultaba un escándalo amoroso, una borrachera y el abuso del Vicodin por parte del golfista. Había salido huyendo en su coche después de que su mujer, Elin Nordegren, descubriese su aventura extramatrimonial con la camarera Rachel Uchitel.

Tras el escándalo, a Woods no le quedó más remedio que emitir un comunicado confesando sus «transgresiones», como así dijo, y pidiendo que por favor que sus «pecados personales no se publicasen en prensa». «Tras una profunda reflexión he decidido retirarme del golf por un periodo de tiempo indeterminado. Tengo que centrarme en ser un mejor esposo, un mejor padre y una mejor persona», decía. Solo fue el principio. Empezaron a salirle amantes hasta debajo de las piedras y cada una de ellas contó historias cada cual más sórdida de sus encuentros sexuales. «No es más que un perro en celo. Siempre quería a chicas diferentes y podía estar dale que te pego durante horas. Creo que tenía más que ver con su ego», contaba una de esas mujeres a Vanity Fair hace años. Lo conocido como «El Tigergate». Esa red de mentiras y adicciones provocó que cayese en desgracia. Se quedó sin patrocinios y su popularidad descendió del 87% en 2005 al 33% en 2009.

Entró en rehabilitación, se separó y regresó un año después. En 2017 vuelve a tocar fondo de nuevo tras ser detenido por conducir bajo los efectos de opiáceos como consecuencia de los fuertes dolores de espalda que sufría. Se había quedado dormido al volante. Pasaron unos años en los que parecía haber levantado cabeza y dejado atrás sus problemas pero el 23 de febrero de 2021 nuevamente volvía a tener un accidente de coche, que casi le cuesta la vida. Conducir al doble de la velocidad permitida le provocó lesiones en el pie, tobillo, la tibia y el peroné de su pierna derecha.

Superó el grave trance gracias a su pareja, Erica Herman, con la que lleva cinco años, y sus dos hijos, Sam Alexis y Charlie, fruto de su matrimonio con Elin Nordegren. Junto a ellos y a su madre, Kutilda Woods, acudió a la ceremonia en la que ingresó en el Salón de la Fama del Golf Mundial.

El golfista mejor pagado del mundo

Woods es el golfista mejor pagado de todos los tiempos. Esos años de victoria tras victoria, con cinco Masters a sus espaldas, le han hecho acumular una fortuna neta de más de 730 millones de euros, según datos publicados el pasado año, encontrándose entre los cinco deportistas más ricos de 2020. Solo ese año tuvo unos ingresos de más de 55 millones de euros.

Ha sabido invertir bien sus ingresos en varios negocios. Se dedica al diseño de campos de golf, la organización de torneos y eventos, además de haber montado varios restaurantes bajo el paraguas de The Woods. Tiene además un lado solidario. En 1996 creó junto a su padre la Tiger Woods Foundation, enfocada en la educación y salud de niños en Estados Unidos. Eso no quita que sea un hombre de caprichos: yates, un jet privado de casi 50 millones de euros y coches de alta gama.