Ursula Andress: del brillo de la alfombra roja a la reclusión de la osteoporosis

Este sábado 19 de febrero no solo los padres están de celebración, también lo está Ursula Andress, que se encuentra festejando su 86 cumpleaños. En su retiro particular, del cual ‘disfruta’ en solitario en su finca desde que le diagnosticaron hace aproximadamente dos décadas osteoporosis, enfermedad que poco a poco ha ido mermando su capacidad física, es donde está previsto que la icónica actriz celebre esta nueva vuelta al sol.

Hace tiempo que desapareció del foco mediático, pero lo cierto es que fue tanta la notoriedad que alcanzó allá por la década de los 60 que su nombre no logra pasar inadvertido para las generaciones más avanzadas de la sociedad. La interpretación le llevó a convertirse en un icono sexual, hasta tal punto que es ella quien protagoniza las escenas más comentadas del cine internacional.

Nacida en Suiza en 1936, Úrsula Andress se mudó a Roma en plena adolescencia con el fin de labrarse un futuro enfocado al mundo de la interpretación. Así, a mediados de los años 50 empezó a participar en varias producciones italianas que, pese a darle experiencia, no le permitían lograr su objetivo de por aquel entonces. Marlon Brando fue algo así como su ángel de la guarda, ya que fue él quien le presentó a un agente de Paramount Pictures que le llevó directa a Hollywood. Sin embargo, su etapa inicial en el exclusivo barrio de Los Ángeles no fue del todo estable, ya que su negativa para estudiar inglés terminó cerrándola muchas puertas.

No obstante, la suerte pareció estar de su lado, ya que años después, más concretamente en 1962, se convirtió en toda una estrella de la interpretación gracias a su participación en la primera película de James Bond, aquella que corría bajo el nombre de Agente 007 contra el doctor No, un filme británico en el que encaró el papel protagonista. La imagen de la actriz saliendo del mar con un bikini blanco no solo la convirtió en la primera chica Bond, sino también en todo un mito para todas las generaciones.

Esta producción marcó un antes y un después en su carrera como actriz. Tanto, que, tras esta, fueron muchas las películas que se le sucedieron, muchas de ellas consagradas como las más emblemáticas de la historia del cine. Además, a lo largo de su trayectoria profesional tuvo el placer de trabajar codo a codo con otros artistas de renombre como Elvis Presley, con quien hizo un musical, o Frank Sinatra y Dean Martin, con quienes trabajó en Cuatro tíos de Texas.

Su atractivo físico era innegable y lo cierto es que esto le ayudó a ser todo un referente para la sociedad del momento, que, como no podía ser de otra manera, no hacían otra cosa que ensalzar todas aquellas cualidades físicas e interpretativas de la que tal vez sea una de las figuras femeninas más queridas de todos los tiempos.

Su etapa final en la pequeña y gran pantalla se remonta a los años 80-90, periodo en el que puso el broche de oro a su trayectoria profesional con su intervención en la exitosa serie Falcon Crest, entre otros proyectos.

A comienzos de los 2.000 le diagnosticaron una fuerte osteoporosis que poco a poco fue debilitando sus huesos, algo que pronto le llevó a tomar la que tal vez haya sido una de las decisiones más duras de su vida: retirarse de la vida pública para disfrutar de una vida más íntima y discreta en una exclusiva finca del siglo XVIII ubicada en Italia.

Y es que la vida personal de Ursula Andress también ha generado un conmensurable interés. Su relación con John Derek dio mucho de qué hablar, y más aún desde que la pareja contrajo matrimonio en 1957. Nueve años después pusieron fin a su historia de amor tras salir a la luz el supuesto romance entre la actriz y Jean-Paul Belmondo. Tiempo más tarde se emparejó con el joven actor Harry Hamlin, con quien a sus 44 años dio a luz a su primer hijo, un niño llamado Dimitri Alexandre Hamlin.

Su idilio con Elvis Presley tampoco pasó inadvertido para los medios de comunicación, ya que el considerado rey del rock obsequió a su entonces pareja con un BMW que años más tarde la intérprete regaló a un mecánico que lo subastó por casi un millón de euros y, además, le cedió 20 canciones inéditas que jamás vieron la luz.